Ni todos los demonios evitaron el vuelo del ave
CABALLITO. Aquivaldo Mosquera (centro) abrió el marcador al 12 y fue felicitado por Maza Rodríguez (izquierda) y Luis Gabriel Rey. (Foto: RAMÓN ROMERO EL UNIVERSAL )
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Otra vez el América está ahí, en la gran final. El soñado bicampeonato forma parte del libreto televisivo y ni siquiera los Diablos pueden evitar que el monarca quede al margen del éxito futbolístico, diseñado para trasladar al 11 amarillo a un doble mérito: el pase Mundialista y el triunfo en la Liga, nada menos.
El suceso viene acompañado por un dramático triunfo capitalino, aderezado en la agonía para redondear el 2-0 (3-2 global), apenas para despachar al Toluca en semifinales, ante más de 60 mil gargantas en el Estadio Azteca, donde ni todos los demonios impedirían la victoria del ave y su ascensión a la gran final del Torneo de Apertura 2013. Sí, por segundo certamen consecutivo.
Encimoso, el representativo azulcrema despliega sus alas y pone en dificultades al endemoniado rival. Tanto, que los rojos se conforman con patear el esférico hacia cualquier banda, con tal de darse un respiro.
Las Águilas emprenden ese vuelo esplendente, gracias a que a partir de la ausencia —por lesión— del Topo Juan Carlos Valenzuela, en la retaguardia ganan velocidad con las piernas de Adrián Aldrete, ubicado como central por izquierda. Dicha circunstancia le da seguridad atrás y el así el ave puede atreverse a encimar el área de Alfredo Talavera, cuyos custodios no se dan abasto para revertir la tendencia.
José Saturnino Cardozo ordena a Gamboa, Da Silva y Pinto en la última zona, respaldados en las bandas por Rojas y Rodríguez, además de dos contenciones, Ríos y Báez. Muchas piernas para aguantar la presión y poca gente de talento, solitarias, al no tener este diablo la salida que le daba el ausente Wilson Thiago. Por eso, Brizuela, Pájaro Benítez y Pablo Velázquez tienen que bajar ante la falta de balones para su causa.
Para colmo, el estratega paraguayo olvida en el banquillo al hábil veterano Antonio Naelson Sinha, lo que resta todavía más esa posibilidad de ofender y contrarrestar a la plantilla capitalina.
Bajo ese panorama, América no tarda en sorprender. Lo hace en su primera incursión ofensiva. Sobre el minuto 12, el ave genera un tiro de esquina por la punta derecha. Aquí mueve Rubens Sambueza para El Maza Rodríguez y aunque la conexión no prospera, el rebote le queda al naturalizado, quien observa el movimiento del colombiano Aquivaldo Mosquera y éste da el martillazo a las redes, para inclinar rápidamente la balanza reglamentaria en el marcador global.
Lejos de recular, las Águilas mantienen la iniciativa, asfixian y ponen en predicamentos a unos pingos armados para aguantar, aunque sin éxito, la pobre ventaja que traían del infierno choricero, la cual se diluye en un abrir y cerrar de ojos. Por eso, Talavera incide en el resultado al atajar, al 27’, un sólido cabezazo de Luis Gabriel, catapultado por Layún.
El único susto en el área crema, en el primer lapso, ocurre al 36’, debido a una maniobra individual del Pájaro Benítez, quien se lleva alegremente al Maza, pero falla en su centro, al techar a Pablo Velázquez y Toño Ríos.
En el complemento, obligado, Cardozo reactiva a Sinha. El acontecimiento pone al viejo cerebro toluqueño con el balón fijo, a unos metros fuera del área. El centro del ídolo encuentra el cabezazo de Pablo Velázquez. Va a gol, pero Moi Muñoz manotea a su derecha. Luego, el propio meta amarillo bloquea un bombazo de Carlitos Esquivel.
A falta de seis minutos para el silbatazo final, Jesús Molina caza un centro con la cabeza y fulmina a Talavera, el 2-0 que exorcizar al Diablo. La desesperación de Sinha, tras patear a Layún, viene acompañada del cartón rojo, que amarra la victoria crema... Por eso, enseguida, Miguel Herrera levanta la mano para indicar los minutos que le faltan en el América, del que se quiere ir bicampeón.