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Por más doloroso que fuera, a Miguel Herrera no le sorprendió lo que observó frente al televisor.

Amigo de Raúl Gutiérrez, el director técnico de la Selección Mexicana Mayor sabía que el Tricolor infantil no se traicionaría a sí mismo en la final de la Copa del Mundo Sub-17.

Sin importar que Nigeria le había goleado en la presentación de ambos representativos (6-1), El Piojo sabía que el combinado nacional intentaría tener la pelota y las Águilas Verdes apostarían a relampagueantes contragolpes.

“[Los hoy campeones mundiales] son tipos muy rápidos”, desmenuza el timonel, en charla con EL UNIVERSAL. “México, también, sale a buscar el partido, tratar de dar un golpe antes, y ya se los habían hecho [tomarlos mal parados] en el primer encuentro”.

“Desafortunadamente, ellos aprovecharon bien su condición de cómo jugar”.

Con la que complicaron a todos los equipos que enfrentaron en Emiratos Árabes Unidos.

Aunque podría considerarse opción plantear un choque más trabado, en el que los chicos del Potro se enfocaran en soportar los embates nigerianos, Herrera recuerda que la vocación de su ex compañero es ofensiva, salir a proponer.

“Tampoco era ver a nuestra Selección tirada atrás”, sentencia. “Los equipos de Raúl siempre han salido a buscar los partidos, a ganarlos, y era la idea”.

“No pensábamos ver a otro equipo, y lo hizo muy bien. Desafortunadamente, encontramos a un conjunto muy sólido, fuerte, más allá de lo que se hable de la edad, y México le dio batalla”.

Por lo que solicita no desaprovechar a esta generación, mucho menos catalogar como fracaso el subcampeonato o decir que “lamentablemente” no se ganó el título.

“[Realizaron un certamen] extraordinario. Hoy no podemos decir ‘lamentablemente’”, ataja, con el ceño fruncido. “Hicieron un Mundial extraordinario, se levantaron de un golpe muy fuerte en el primer partido, lo cual es bastante difícil hacer cuando es una goleada tan estrepitosa”.

“Levantaron la cara y fueron a buscar los partidos. Ganaron y, con todo eso, llegaron a la final”.

Varios chicos derramaron lágrimas sobre el césped del estadio Mohammed Bin Zayed, por lo que el estratega nacional aplaude que Gutiérrez les haya pedido sentirse orgullosos de sí mismos.

“Conozco a Raúl, tengo mucha amistad con él, estuvimos varios años juntos hasta como compañeros de cuarto, y estoy seguro de que sacó a sus jugadores con la cabeza en alto, porque dieron una gran batalla”, comparte. “No se consiguió el objetivo primordial, pero estos chicos tienen que venir con la frente bien en alto”.