futbol@eluniversal.com.mx  

GUADALAJARA.— Marco Fabián está de rodillas sobre el césped. Implora por algo sagrado a la afición: perdón. Une ambas manos, hincado para celebrar el 2-2 frente a Tijuana. Ha marcado de tiro libre. Rescata a las Chivas cerca del final del juego. Y la tribuna, al fin, le aplaude.

Una tregua que no necesita palabras. A veces, sin ellas es posible decir todo lo necesario. El 10 del Rebaño ha puesto en la cancha su futbol, esfuerzo y empeño. Como hace tiempo no se le veía. A cambio, sólo pide el perdón de la comunidad rojiblanca, molesta desde su intento de emigrar al futbol de Qatar.

En el arranque del encuentro, Guadalajara muestra algunas de esas señales de mejoría. Chivas tiene posesión, encuentra capacidad de retención en la última zona con Aldo de Nigris y abre la cancha con mayor claridad. Eso vuelve más ágil el futbol rojiblanco y le da capacidad de generación.

Dos cabezazos avisan la intención del Rebaño Sagrado en los primeros minutos (8’). La tercera es la vencida. Por la derecha, Fabián cobra un tiro de esquina. La marca es defectuosa. Héctor Reynoso se eleva en el corazón del área. Salta más que nadie. Gana por arriba. Conecta de cabeza. Cirilo Saucedo vuela. No es suficiente. Gol del Guadalajara (13’).

Explota la tribuna, pero en el campo, a Chivas la anotación le perjudica más de lo que le beneficia. Cede la iniciativa y pierde el rumbo.

Tijuana ofrece una brava reacción. Poco a poco, Xolos encuentra los espacios que necesita para la mordida letal. Cristian Pellerano se da cuenta. Su toque filtrado es magistral. Luis Michel duda en salir y cuando lo hace, encara en desventaja a Aldo Polo, quien define levantando la pelota (34’).

Tijuana ataca el espacio en la zaga central. Lo explota nuevamente en la parte complementaria. El toque largo es alcanzado por Benedetto. Enfila al área. Perales, con una barrida interrumpe la carrera, pero deja la pelota “muerta” y el propio Benedetto manda servicio a segundo poste, donde Fidel Martínez empuja para el 1-2 de Tijuana (59’).

Pero Marco Fabián corre más que en los últimos meses. Es el 10 rojiblanco, quien encabeza la reacción. Conduce y levanta la mirada. Se atreve al disparo. Supera a Cirilo Saucedo. Golpea el travesaño y después rebota sobre el césped.

El empate se siente cerca.

Marco toma la pelota, lejos del área. La acomoda para cobrar un tiro libre. Carrera corta. Contacto firme con pierna derecha. Supera la barrera. También a Saucedo. Estremece las redes. Gol de Chivas. El 2-2 (82’).

Explota el Omnilife. El 10 se dirige a la esquina. Se hinca para celebrar. Implora a la tribuna. La afición, por primera vez desde la posibilidad de salir del equipo, aplaude. Pacta una tregua.

Chivas se lanza al frente. Hay pocos minutos por jugar y no le son suficientes para la voltereta. El 2-2 se decreta, al Guadalajara la Liguilla le queda ya lejos y Juan Carlos Ortega todavía no conoce la victoria en Liga desde que llegó a sustituir al Maestro Benjamín Galindo.