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Miles de corazones acelerados hicieron todavía más doloroso el regreso al hotel de concentración.

Además del dolor generado por ser derrotados en el primer juego de la final, los integrantes del América tuvieron que lidiar con el barullo de una ciudad que siente cerca la sexta coronación de sus Panzas Verdes.

Ricardo Peláez concede que el pueblo esmeralda tiene motivos para estar eufórico, mas pide no olvidar que la historia cerrará en el Estadio Azteca, donde las Águilas suman 13 encuentros de Liga y Liguilla sin caer (11 victorias y dos empates).

“Noto cierto ambiente de triunfalismo”, comparte el presidente deportivo amarillo. “Toda la noche [escuchamos] cláxones, ruido... Faltan 90 minutos. Son 180, así es que es importante recordarlo”.

Como también, según respalda Miguel Herrera, que el aún monarca generó peligro en el marco defendido por el juvenil William Yarbrough.

“Es obvio [el festejo de los leoneses]. Están contentos, el equipo de ellos ganó”, sentencia El Piojo. “Desafortunadamente, no pudimos tener la contundencia que mostramos en el torneo”.

“Ayer [jueves], [también hubo] un poquito de mala suerte y las decisiones arbitrales, que son muy injustas, porque el equipo hace su trabajo, llega muchas veces al arco rival y no concretamos...”.