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Es de los delanteros de la vieja usanza. No juega por los extremos, tampoco como nueve y medio, juega a lo fácil, a lo centro delantero, así de sencillo.

Así juega Mauro Boselli, el hombre gol de los ahora flamantes campeones del futbol mexicano.

Nacido en la prestigiada cantera de Boca Juniors argentino, aunque vivía cerca de Vélez, Mauro simplemente se consagró como la figura de la gran final del futbol mexicano al anotar dos goles, uno en la ida, uno en la vuelta; claves ambos para que el León se coronara como el “Rey de la Selva” del futbol mexicano.

Mauro Boselli es un rey de copas auténtico, sólo había ganado una Liga con su amado Boca, mas no la disfrutó tanto, ya que era suplente, suplente en ese entonces de un monstruo llamado Martín Palermo.

Su andar futbolístico lo llevó a La Plata, a Estudiantes, donde creció, tanto que fue goleador en la Copa Libertadores y se fue a Italia a probar suerte, aunque simplemente no la pegó.

Llegó a México y los expertos lo calificaban como otro “cartucho quemado” que llegaba al país, pero poco a poco ha callado a sus detractores.

En este Torneo Apertura 2013 nadie anotó más que Boselli en La Fiera y en la gran final, sin duda fue más que fundamental en la coronación de su equipo.

En el partido de ida, cuando las Águilas del América amenazaban con empatar el marcador, sacó la vaselina para con un gol de antología y de esta forma firmó la ventaja de dos goles.

Y en el duelo de vuelta, en el mismísimo Estadio Azteca, cuando las Åguilas querían comenzar con la remontada, apareció a la vieja usanza y de un toque definió el juego, el más importante para el León.

No es un nueve y medio. Tampoco le apodan General, ni juega de enganche para que lo llamen crack. Simplemente, Mauro Boselli es un delantero de la vieja escuela, un hombre de área que sabe muy bien qué hacer fuera de ella y que tiene un olfato desarrollado para el gol.