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COSTA DO SAUÍPE.— Esta ocasión ni el campeón mundial España ni la “archirrival” Argentina de Lionel Messi: el “fantasma” que amenazará a Brasil en la primera fase del Mundial será una vez más México, que en los últimos años se ha convertido en un inesperado verdugo del pentacampeón del mundo.

Si bien es cierto que la verdeamarela salió ganadora en el último duelo oficial —se impuso por 2-0 en la Copa Confederaciones—, ello no logró borrar de la memoria de los brasileños la serie de éxitos lograda en los últimos años por el Tri, que ganó ocho y empató tres de los 15 choques entre los dos equipos.

“México sigue siendo muy peligroso. En los últimos 20 años hemos jugado contra ellos partidos que son como clásicos, en los que hemos enfrentado muchas dificultades”, dijo el seleccionador brasileño Luiz Felipe Scolari, luego de que el sorteo de los grupos del Mundial confirmara al Tri como uno de los rivales de su equipo en el Grupo A.

Durante décadas, México ha sido un fiel y entusiasta admirador del futbol que practiva Brasil, ese equipo que en 1970, bajo el comando Pelé, Tostao y Rivellino, conquistó en tierras aztecas el tricampeonato mundial y la Copa Jules Rimet con un futbol espectacular.

La historia empezó a cambiar a mediados de la década del 90, cuando la selección de Brasil cayó ante los mexicanos en la final de la Copa Oro de la Concacaf (Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Futbol”.

El equipo mexicano volvió a imponerse sobre la selección verdeamarela en la gran final de la Copa Confederaciones de 1999, celebrada en tierras mexicanas, y el año pasado propinó el golpe más duro, al sepultar el sueño brasileño de conquistar el oro olímpico en los Juegos de Londres, cuando se impuso por 2-1 en la final disputada en el mítico estadio de Wembley.