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Mandíbulas apretadas y bocas secas. Las Águilas personifican a la desilusión, pero su rabia no tiene que ver con lo que dejaron de hacer sobre el lienzo verde del estadio León. Lo que experimentan es molestia por el trabajo del árbitro César Ramos en la ida de la final.

Esas acciones protagonizadas por Rubens Sambueza y Luis Gabriel Rey, dentro del área guanajuatense, son recuerdos que todavía golpean sus mentes.

“Ayer [jueves], [existieron] dos penaltis clarísimos que no se marcan... Y uno con expulsión integrada [a Rafael Márquez], el que le hacen a Rey”, acusa Ricardo Peláez, presidente deportivo del América. “No pasa algo, no se marcaron, pero también hay que superar los malos arbitrajes o los errores de ellos, y el próximo domingo le vamos a dar vuelta a eso”.

Sentencia que también incluye a la polémica que eternamente rodea a los azulcrema. Sus ojos se encienden cuando recuerda las críticas a los supuesto empujones recibidos durante cuartos de final y semifinales.

“Lo que pasa es que contra Tigres y Toluca, como a lo mejor alguna [decisión arbitral] era en favor del América, se hizo un escándalo”, subraya. “Ahora que es en contra, dos penaltis, uno sobre Sambueza antes y el de Rey, que es con expulsión, no se marcan. Ahí sí El Tuca [Ferretti] llorando y todo”.

Es por eso que Miguel Herrera se acercó a Decio de María, titular de la Liga MX, al término del primer episodio. El Piojo atina a decir que estuvieron “platicando”.

“Reclamar, no”, agrega. “Sólo hago notar que toda la gente se queja de que al América le ayudan, pero ayer [jueves] se vio muy claro: hay dos penaltis, pero uno es hasta con expulsión”.