Confianza que se prolonga 20 años
TUZO. Óscar Pérez sigue activo bajo la tutela del Ojitos; esta noche enfrentarán al Cruz Azul, club especial para ambos. (Foto: JAIME LÓPEZJAM MEDIA )
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Es una historia conocida, pero no por eso tiene que ser olvidada, pues fue por él, por la fe de unos Ojitos, que El Conejo sigue saltando, después de más de 20 años en Primera División y 40 de edad.
No es la primera vez que lo dice el ahora portero del Pachuca, y símbolo de Cruz Azul, Óscar Pérez, “Si no fuera por Enrique Meza, yo no estaría en Primera División”.
Meza, ahora técnico de los Tuzos, pero por siempre identificado con los Cementeros, fue quien confió en el chaparrito, que llegó a probarse a La Noria.
El Conejo lo recuerda como si fuera ayer, un ayer de hace 20 años: “Por mi mente lo unico que pasaba era jugar al futbol, no en ser profesional”, recuerda el futbolista, a quien en ese entonces sólo le llamaban Óscar.
“Estaba en una escuelita del Atlante, cuando un amigo me dice que nos vayamos aprobar a Cruz Azul, a La Noria. Pensé que sería un grupo pero no, eran todas las filiales, no había nadie de fuera, solo mi amigo y yo”, agrega. “Al final, me quedé. Ahí conocí al profe Meza”.
Pasaron los meses, y Óscar seguía trabajando, “entregándome, hasta que de un momento a otro, se dio el llamado: ‘te vas al primer equipo’ me dijeron. Apenas tenía tres meses de que había llegado al club... y a los seis, debuté”.
Todavía se jugaban torneos largos. En la segunda fecha, el portero Alberto Guadarrama se lesionó a los 15 minutos del juego ante Atlas.
“El técnico era el profe Meza. Me dejaron de titular un rato, pero me equivoqué y a medio torneo trajeron a [Norberto] Scoponi y tuve que volver a esperar”, rememora.
En esos momentos duros, fue cuando se enteró de un gran detalle de su técnico de ese entonces, de su técnico ahora. “El profe se aferró a que me quedara. Mucha gente decía que no servía para portero, por chaparrito, pero el profe se aferró a que me quedara y me quedé. Ha sido mi maestro en la cancha y también en muchas en la vida”.
Por eso, ahora que Óscar vuelve a toparse frente a la camiseta cementera, vienen esos recuerdos. “Siempre es especial jugar contra Cruz Azul. Tengo muchos amigos ahí, y quiero mucho a esos colores. Pero hoy me debo a Pachuca”.