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GUADALAJARA.— Es seguramente lo que más conviene al Guadalajara en este momento: poner fin a un torneo de pesadilla y comenzar de inmediato la planeación del futuro inmediato, en el que la única obligación es renacer de entre sus propias cenizas. Chivas cerrará el Apertura 2013 este sábado, de visita frente a Monterrey.

El Estadio Tecnológico, a partir de las 19:00 horas, será la última cancha que el Rebaño Sagrado pise en esta desastrosa campaña, en la que únicamente suma 12 unidades y se encuentra en la posición 16 de la clasificación, con las únicas aspiraciones, en caso de sacar los tres puntos, de ascender una posición y alejarse un poco del descenso.

Se trata del enfrentamiento de dos clubes que han navegado en el mar de la mediocridad a lo largo del campeonato. Ambos están condenados a ver la Liguilla por televisión. Los Rayados, acostumbrados en épocas recientes a ser animadores del futbol mexicano, hoy protagonizan un triste torneo de apenas 17 puntos. Tras la salida de Víctor Manuel Vucetich y la llegada de José Guadalupe Cruz, el equipo no endereza.

Al Rebaño, por su parte, le queda muy poco de Sagrado. Su pasado glorioso es ahora lo único que da brillo a la institución. Por segundo torneo consecutivo, está fuera de la disputa por el título y la situación porcentual ya es preocupante. Lo impensable años atrás, hoy es una realidad: Chivas tiene problemas de descenso.

Por eso, la directiva ya planea una reestructuración. El técnico Juan Carlos Ortega dijo en días pasado que no prevé una “desbandada” que pueda destruir al equipo. Sin embargo, ni él mismo tiene asegurada la continuidad, por lo que el futuro inmediato del Guadalajara luce incierto.