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Entre ellos es como si fuera un "deporte"... Previo al ingreso al estadio, en la explanada de Tlalpan, en el Estadio Azteca, se producen corretizas entre "seguidores" del América. Como si se tratara de forajidos, apenas se identifican y se persiguen.

Los de la "Monu" superan en volumen a los del "Ritual del Kaoz". Y uno de ellos, al que menos piernas tiene, es alcanzado ahí, delante de los granaderos, quienes fieles "custodian" los alrededores del escenario.

La golpiza es brutal. Muchas piernas, puños, rodillas, con toda la fuerza, someten y agreden al individuo hasta cansarse. Cuando se retiran, el muchacho se queda ahí, tendido, desmayado. Y, de pasadita, le quitan lo poco de valor que lleva en sus bolsas.

"No podemos hacer nada", se justifica uno de los granaderos que observa la escena. Cuando lo ven ahí, solo, sin movimiento, algunos de ellos se aproximan para observarlo. Y tras un largo rato de espera, al fin arriban al lugar un par de paramédicos. Luego lo inmovilizan y se lo llevan en ambulancia.

Ese ritual se presenta cada 15 días en el Coloso de Santa Úrsula. Con todo y que ha disminuido el volumen de barristas americanistas, las pendencias son pan de cada visita al Azteca. Estos fanáticos, a eso van, a golpearse, a perseguirse. Aunque los dos grupos "sirvan" supuestamente a la misma causa azulcrema.

hgm