De las peleas callejeras a la antesala de un título

. (Foto: ARCHIVO/El Universal )
Óscar camina tranquilo, mochila al hombro. Ha salido de la secundaria donde estudia, en Tepito. Bordean las 2 de la tarde. Va rumbo a su casa, en la colonia San Rafael. De pronto siente en la nuca ese seco, humillante golpe, que más que dolor le produce coraje y lo enerva. Y peor, al escuchar las burlas de algunos compañeros. Esas hirientes, ofensivas carcajadas es lo que le duele. El ?Hongo? ataca de nuevo. Y le ha propinado a Óscar otro ?zape?. Pero esta vez Arciniega no se aguanta. Va tras él y pronto un nutrido grupo de muchachos observa la reyerta. Óscar cierra los puños, mete el gancho, lanza el recto de derecha que nunca ha aprendido en un gimnasio pero que de manera innata sabe colocar. Un hilillo de sangre sale de la nariz del ?Hongo?, mancha su otrora blanca camisa, escurre hasta el pantalón gris con cuadros, uniforme de la secundaria oficial. El ?Hongo? se tambalea, la gritería es ensordecedora. Y el ?Hongo? cae al suelo, donde Óscar lo sigue tundiendo. Ha sido otro más de los capítulos callejeros de este muchachito que se ve obligado a batirse ante las burlas de sus compañeros, que al ver su tez blanca y su manera correcta de hablar; al saber que es sobrino de la cantante Amalia Mendoza ?La Tariacuri? y que su hermano a veces va por él en carro, le gritan ?ricachón, ¿qué haces aquí, vete a la... ? o bien ?pirrurris presumido?. Creen que Óscar es de clase acomodada. No saben que nació en la colonia San Rafael y proviene de una familia sencilla que a veces tiene penurias económicas. Pero debido a su carácter explosivo y a que no se deja de los demás, lo han expulsado de varias escuelas. De San Rafael ha recorrido otras secundarias: del centro de la ciudad a la colonia Guerrero, de Tacubaya a la Ciudadela; de San Rafael a Tepito. Recuerda Óscar Arciniega: Ya hasta parecía yo canción de la Sonora Santanera: De la Guerrero a la Villa, de la colonia Obrera a Tizapán. Y no podía terminar la secundaria... Creo que fueron como entre 25 y treinta y tantas peleas callejeras, escolares o futboleras que me aventé, desde los 11 hasta los 15 años... Es que también estuve jugando futbol en las escuelas del Necaxa y de los Pumas. Y los golpes eran en cada partido. Me corrían de todos lados por indisciplinado y peleonero. Mis padres ya estaban preocupados. Hasta que un día Agustín Lara homónimo del músico--poeta--, amigo de la familia, lo llevó a un gimnasio para que se metiera a entrenar boxeo. Recuerda Óscar: Fue un dia inolvidable. Me llevó al gimnasio ?Margarita?, que estaba en la colonia de Los Doctores. Me presentó con el manager Luis Flores y ese día descubrí el boxeo. Es algo indescriptible, la emoción que sentí de estar ahí, ese olor tan especial a guantes, a sudor, a golpes, a sangre. Y más me emocioné al saber que ahí habían entrenado grandes campeones como Pipino Cuevas, Panterita Urzúa, Marcos Geraldo, Gabriel Bernal. Y me tocó en suerte entrenar, ya como boxeador profesional, junto a la ?Chiquita? González, Miguel Ángel ?Mago? González, Marcos Villasana, que también eran campeones del mundo. Eso me motivó mucho más a seguir en el boxeo. Esta será la segunda oportunidad de Arciniega de ganar un cetro del orbe, luego que en enero de 1995 fracasó al intentar convertirse en campeón mundial mosca del CMB, ante el entonces monarca, el ruso-japonés Yuri Arbachakov. Óscar luce en perfecta forma física y sumamente optimista, ilusionado con esta nueva oportunidad: Estoy al ciento por ciento, muy motivado por personas muy especiales que ahora están conmigo: mi hija Frida, de dos años de edad y mi esposa Claudia. Y por supuesto mis padres, Ricardo y Alejandra, que siempre han apoyado mis sueños. Y también los padres de mi esposa, Manuel y Lourdes. Todos ellos son mi gran motivación, lo mismo que mi manager Luis Flores y mi compañero de gimnasio Eduardo Alí. Pero antes de esta etapa luminosa hubo una de sombras, luego que Óscar perdió ante Arbachakov: Cai en un bache de autosuficiencia. Me sentía campeón del mundo porque pensaba que si Arbachakov no me había noqueado, no me podría ganar ningún otro. Afortunadamente llegaron los tropiezos que me abrieron los ojos. Raúl ?Baby? Juárez me ganó y me quitó el título nacional. Y a partir de ahí reaccioné. Luego, me casé y todo eso me trajo mucha madurez personal. A pesar de los altibajos, Arciniega se colocó de nuevo, con trabajo y enjundia, en la antesala de otro título mundial, sobre todo luego de ganar el pasado 26 de agosto en la arena México la corona mosca de la Fecarbox, ante Javier Torres. Hoy, el ?Tariacuri? se irá con su cargamento de ilusiones rumbo a Bangkok, desde Los Ángeles, a donde tenía programado viajar esta mañana. Que la suerte lo acompañe...
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Esa es parte de la historia de Óscar ?Tariacuri? Arciniega, quien ayer en el gimnasio Nuevo Jordán del Salto del Agua concluyó su preparación para pelear el próximo 5 de diciembre en Bangkok, ante el tailandés Veeraphol Nakhonluong, a quien le disputará la corona mundial de peso gallo del CMB.





