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Certeros felchazos al corazón de México

Adriana Díaz Reyes y Héctor Alfonso Morales| El Universal
Viernes 03 de agosto de 2012
Certeros felchazos al corazn de Mxico

. (Foto: PAUL GILHAMGETTY IMAGES )

Las arqueras mexicanas pusieron a todo el país al filo de la butaca con su histórico logro, al subir al podio olímpico juntas con su plata y bronce

Aída, la capitalina se colgó la plata

De expresivos ojos verdes y sonrisa coqueta. Aficionada a las redes sociales y a la música de Lady Gaga. Es Aída Román, integrante de la Selección Nacional de Tiro con Arco y desde ayer, parte del selecto grupo de medallistas olímpicos tricolores.

Con 24 años de edad, la capitalina se colgó la plata en Londres y se convirtió en la primera mujer, junto con Mariana Avitia, en subir al podio en su especialidad.

“Agradezco de todo corazón a la gente que siempre nos ha apoyado en las buenas y en las malas, por gente como ustedes, México crece”, escribió la deportista en su cuenta de twitter.

Aída ha sido siempre una mujer de retos. Disfruta al salirse de lo convencional y no deja que nadie le diga lo que tiene que hacer.

Y ese carácter, el mismo que la llevó ayer a subirse al podio en el Lord’s Cricket Ground, lo demostró desde la preparatoria, cuando, pese al desacuerdo de sus padres, decidió probar en el futbol americano equipado y jugar contra hombres en el equipo de los Delfines. Lo hizo bien.

Intentó con el atletismo, pero el romance tampoco prosperó. Lo mismo había sucedido años antes, cuando incursionó en la gimnasia artística.

Ni los emparrillados ni la pista. El tiro con arco, disciplina que practicó por primera vez a los 11 años, se convirtió en la pasión de la seleccionada nacional.

Su talento con el arco y la flecha se notó de inmediato. Con poco tiempo en la especialidad, la mexicana comenzó a destacar en competencias como la Olimpiada Nacional y campeonatos estatales.

Sus resultados la llevaron a la Selección, donde se convirtió en protagonista. En los Juegos Centroamerianos de Mayagüez, en 2010, fue la mujer que más preseas alcanzó, con un total de siete oros y una plata. En los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro en el año de 2007, obtuvo el metal argento.

Aída, flamante subcampeona olímpica, acumula un total de 23 medallas de oro, cuatro de plata y cinco de bronce en su exitosa carrera, delineada por el entrenador coreano Lee Wong.

“Contar con el apoyo de mi familia y mi entrenador ha significado todo para mí. Estoy muy agradecida con todo el mundo que me ha apoyado”.

Román estudia Psicología. Importante herramienta para su desarrollo deportivo y clave para los momentos de tensión, como los que vivió ayer, esos, que mantuvieron a México sin parpadear.

Hace cuatro años, cuando quedó eliminada en octavos de final a manos de la coreana Un Sil Kwon en Beijing, la arquera rompió en llanto. En su segunda participación olímpica, la revancha llegó con tintes plateados para la arquera tricolor.

Aída es también una líder. Como la más experimentada del equipo mexicano de tiro con arco, Román se ha dado a la tarea de pulir a las nuevas generaciones como Alejandra Valencia y Mariana Avitia, con quien ayer compartió el podio.

Su trabajo ha dado frutos, pues México se ubica en la posición siete en el ranking mundial por equipos y en el segundo escalón en la clasificación continental, sólo por debajo de Estados Unidos.

Sus padres han sido siempre su principal pilar de apoyo. Aída, su madre, es la encargada de organizar sus actividades, mientras que su padre, se asegura de que cuente con todo lo necesario para sus entrenamientos.

Por ellos es que nunca ha pensado en claudicar, pese a los momentos agridulces o las arduas jornadas de entrenamiento de entre seis y ocho horas diarias.

“La sensación es increíble. He estado entrenándome toda la vida y lo he logrado. Esta medalla es para mí, para mi familia y para todos los que me han apoyado. Y, por supuesto, para México”, dijo Aída con la plata colgada al pecho.

Ranqueada 11 del mundo, Román disfruta su medalla. Pero quiere más. Con la amplia sonrisa que parece indeleble en su rostro, la capitalina piensa ya en su siguiente meta: los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro para 2016.

Mariana Avitia, su nombre quedó enmarcado en bronce

Una joven twittera, facebooquera, que le gusta salir con sus amigos y de fiesta, una chica normal que cumple sus sueños olímpicos. Mariana Avitia Martínez, su nombre, que en Londres quedó enmarcado en bronce.

Regiomontana y orgullosa tigresa de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Estudia Comunicación a la par de lanzar flechas con su arco, que ayer le ayudaron a subir al podio en sus segundos Juegos Olímpicos para presumir el tercer lugar en la rama femenil individual.

Tiene una filosofía de vida, en la que se fija en ella misma, en nadie más, donde su esfuerzo le dará los frutos, donde no existen los pretextos cuando se falla, porque la fórmula del éxito, ella misma la carga.

“Lo esencial para alcanzar nuestros objetivos en la vida lo llevamos con nosotros y no depende de nada ni de nadie...”, afirma Avitia en la redes sociales.

Se autodefine como una mujer que “está muy loca”, que le gustan los tacos, comer elote en un vaso, su familia y la vida. Quiere un novio que “me haga reír, me consienta y ¡que me quiera!”

Es una ciudadana en toda la extensión de la palabra. Mexicana que invitó a su pueblo a votar el 1 de julio, en lo que fueron las primeras elecciones en las que participó.

Se formó ocho horas en una casilla especial del Distrito Federal para ejercer su derecho a elegir al nuevo Presidente de nuestro país. Sin embargo, quedó inconforme con el candidato que resultó ganador.

Es alegre, conversadora, una guerrera del tiro con arco, porque observa en los sacrificios, una forma de llegar a lo más alto del deporte internacional.

“Siempre hay que luchar por lo que queremos”, su frase inspiradora que no se queda en las palabras, sino que lleva en los entrenamientos y en las competencias en las que siempre está en el máximo nivel.

De belleza norteña y profunda mirada. Tiene una coquetería natural en cuanto fija su vista en el blanco.

En su disciplina, que eligió practicar a los 9 años, destacó desde que era una pequeña niña. A los 13, ya ponía de manifiesto que tiene una puntería privilegiada al participar en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007.

Un año más tarde, ya se encontraba en su primera participación olímpica. Fue la octavo lugar en individual y desde entonces se convirtió en una esperanza para México en Londres 2012.

La preparación desde entonces apuntó siempre a alcanzar una medalla en los Olímpicos de este año.

Siempre buscó la mayor cantidad de logros y aumentar su experiencia, que adquirió en China para onvertirse en contendiente.

Su primera competencia de nivel internacional, tras la justa de Beijing 2008, fue Mayagüez 2010.

Durante esos Juegos Centroamericanos y del Caribe, Mariana fue la quinta deportista que más preseas logró con cinco medallas, dos de plata y tres de bronce.

Pero para alcanzar la plena madurez como arquera, Mariana Avitia tuvo que encontrar un tropiezo doloroso.

Era una de las cartas más fuertes para los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. Su palmarés incluso la colocaban como la máxima favorita para quedarse con el metal dorado por encima de Aída Román y de Alejandra Valencia.

Decepcionó y tan sólo pudo estar en los octavos de final, aunque encontró consuelo en ayudar a la escuadra nacional a subir a lo más alto del podio.

Trabjó en su talón de Aquiles, el aspecto psicológico. Se sobrepuso y siguió con sus entrenamientos arduos para llegar a los 18 años a la justa londinense.

Mostró temple, sólo falló ante su compañera Aída Román en semifinales. Sin embargo, con una actuación excelsa pudo quedarse con el bronce que la inmortaliza en la historia del deporte tricolor.

México la recordará por su tercer lugar, pero le exigirá que pelee por algo más alto en Río de Janeiro 2016. Avitia reconoce que todavía hay “metas por cumplir”.



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