Su escudo es un corazón

HONOR. Con la del Chapulín Colorado, el festejo preferido. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
jose.parra@eluniversal.com.mx
Sebastián González no para de reír. Seguido llega a su casa, en La Paz, Bolivia, y pone los videos predilectos de Chespirito.
Más ágil que una tortuga, más fuerte que un ratón, más noble que una lechuga, su escudo es un corazón, reza el lema, atrapado en la memoria del entrevistado.
“El Chapulín Colorado era mi personaje favorito, aunque siempre me gustó mucho Don Ramón, pero de los que él hacía: el Chapulín. Siempre me sacaba las carcajadas con sus ocurrencias y el Chavo, ni hablar”, comparte Chamagol, aquel goleador chileno del Atlante, que le dio vida a sus festejos, al celebrar con los personajes del ídolo de su infancia.
“Hoy día veo los capítulos del Chapulín y te ríes. La película del Chanfle me encantó y siempre que tengo la oportunidad la veo. Son cosas, personajes y capítulos que te van marcando”, asegura en entrevista con EL UNIVERSAL.
Enterada la gente de su afición por el comediante, Chamagol recibió toda clase de obsequios que lo comprometían a festejar con los personajes que inmortalizó don Roberto Gómez Bolaños, hoy homenajeado en México, pero también en toda Latinoamérica.
“Me empezaron a regalar cosas. Con la gorra del Chavo fue la primera que utilicé, luego la playera del Chapulín, el Chipote Chillón y una vez que fui al mall, pasé por una tienda de pelucas. Me acuerdo que una señora sale y me dice: ‘Oye, ¿tú eres el Chamagol, el que celebra como Chespirito? Mira, yo sabía que algún día te iba a ver, te tengo este regalo’. Y me da la peluca de Doña Florinda y la de la Chilindrina, que había hecho”.
Por eso después “fui incluyendo cosas y afortunadamente salían los goles, que era lo más importante, porque si no, no habría podido hacer las celebraciones. Fue una etapa muy linda de mi vida y de mi carrera”, dice nostálgico.
—¿Y aún festejas como el Chavo?
“Hasta el día de hoy estoy muy representado por los personajes de Chespirito, sobre todo por la dimensión que tomó en México con las celebraciones. Incluso acá, ahora que estoy jugando en The Strongest, cada vez que tengo la ocasión de hacer un gol celebro con los pasos del Chavo del Ocho, porque ya no se puede sacar ninguna indumentaria”.
—¿Hasta dónde ha llegado tu afición por Chespirito?
“Tengo un tatuaje del Chapulín en la pantorrilla con una pelota y el número 9, que me hice hace algunos años, el cual voy a llevar por siempre. Don Roberto Gómez Bolaños es un ídolo para mí”.
—¿Y en La Paz también se han hecho festejos?
“En mi país, Chile, y en toda Latinoamérica se están haciendo festejos que demuestran el cariño que le tiene la gente. Acá, en Bolivia, hace una semana se juntaron casi 4 mil personas, en donde la gente fue disfrazada con los personajes. Los mexicanos se tienen que sentir muy orgullosos de Chespirito y todo lo que representa para el pueblo latinoamericano”.
—¿Recuerdas todos los personajes que utilizaste en tus festejos?
“Lo hice como el Chanfle, el de la película; Don Ramón. Al final se hicieron todos los personajes, porque todas las semanas me iban llegando cosas que la misma gente me daba. No me quedaba otra más que hacerlo y más cuando los goles salían todos los fines de semana. Lo hice un poco para agradecerle. Toda la vida escuché que le encantaba el futbol, que es su pasión, incluso con esa película del Chanfle, en la que representa a un aguatero [aguador] que hace su sueño de goleador”.
—¿Alguna vez celebraste con más de un personaje en algún juego?
“No, no, pero mira, hice el Chapulín Colorado con la pura playera y con el Chipote Chillón; también con la gorra de Don Ramón, haciendo la rabieta; celebré como Chilindrina; como Quico, me acuerdo, frente a Jaguares, llorando en el arco. El Chanfle, frente a Pumas, en los últimos minutos, en CU. Contra el América hice a Doña Florinda. Hice todos los que se podían personificar, porque ya era complicado un Ñoño, al Señor Barriga o la Popis, pero por lo menos le dimos alegría a la gente y el futbol se divirtió un poco”.
—¿Pagaste multas por esto?
“No, multa no, pero me gané varias amarillas y hartos regaños, incluso, algunas polémicas con los árbitros y con la Federación”.
—¿Y lo volviste a ver?
“Tuve la oportunidad de conversar con él un par de veces, estar en su homenaje en San Luis, de firmar un Chipote Chillón. Son cosas que me marcaron”, asegura el chileno de 33 años, cercano a los 200 goles.
—¿Y qué era lo que más te gustaba?
“Lo que más disfrutaba era cómo la gente se entusiasmaba. Celebraba un gol, miraba a la tribuna y veía cómo la afición se emocionaba. Cuando llegué a México, no es por agrandarme, pero como que estaba un poco enterrado el tema y esto le vino a refrescar, con las celebraciones al personaje que representaba al resto de Sudamérica. En México por ahí, como que no le daban la magnitud de lo que es en Chile, en Perú, en Bolivia, en Argentina, en toda Latinoamérica”.
Por eso, ahora “me siento contento de que la gente también le haga un homenaje, al que me uno”.





