Lo detuvieron. La Revolución Mexicana le iba a hacer “justicia”, pero a ese futuro técnico del Tri, el futbol lo salvó de la muerte por fusilamiento.

El inglés Alfred Charles Crowle, tras el estallido de la Revolución, iba a viajar junto con el resto del plantel del Pachuca a la capital para jugar al balompié, que tenía poco de ser organizado en nuestro país.

Un retén de los rebeldes contra el régimen de Porfirio Díaz estuvo a punto de terminar con la vida de este estratega en el camino hacia lo que hoy es el Distrito Federal, pero el traer artículos del balompié hizo que sobreviviera al intento de ejecución.

“En plena Revolución, los jugadores del Pachuca viajaban en un camión jalado por burros, pero siempre uno o dos jugadores se quedaban fuera porque no cabían. Entonces a Crowle le toca viajar por su cuenta y en uno de los retenes le toca que lo detienen y lo confunden con un estadounidense y entonces lo quieren fusilar por ser el gringuito. Al revisarlo ven que tiene cosas de futbol y uno de los que lo iban a fusilar, que había visto este deporte, lo ayuda a llegar”, refiere el historiador experto en futbol, Carlos Calderón Cardoso.

De morir, Crowle no hubiera conseguido el primer título para una Selección Mexicana en la historia desde la dirección técnica, al lograr la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos de 1935.

En aquella justa, el representativo nacional logró cinco victorias (ante Costa Rica, Cuba, Guatemala, Honduras y El Salvador) con 29 goles a favor y cinco en contra para subirse a lo más alto del podio.

Además, el Necaxa quizá no sería la insitución tradicional que es en nuestra época, ni se hubieran consolidado los primeros reglamentos de competencia del balompié nacional.

El perdón a su vida también lo fue para el desarrollo del futbol en nuestro país.

“Si él [Alfred C. Crowle] hubiera muerto, el Necaxa no hubiera encontrado un hombre adecuado para que tuviera la formación del equipo tras la unión del Tranviarios y Luz y Fuerza; coadyuva en la formación del América y es de los que crean y promueven los reglamentos dentro de la llamada Liga Amateur, que van impulsando a los extranjeros y mexicanos para que el futbol se consolide en México. También fue árbitro, lo que explica su valía”, reseña Calderón Cardoso.

Futbol sobrevive al conflicto

El deporte tiene la virtud de no morir por los conflictos armados, ya sean a nivel nacional o internacional. El balompié es parte de los elementos que siempre sobreviven a las guerras y prueba de esto es que la Revolución Mexicana no pudo acabar con él.

La principal fortaleza que tuvo para no sucumbir con la Guerra Civil mexicana fue porque se arraigó en el gusto del pueblo y la colonia española también ayudó a su expansión.

“Para que no muera el futbol en México, la popularidad se da muy fuerte, sobre todo en la colonia española, ellos ayudaron mucho, porque tienen negocios por todos lados, van creando clubes como el España. El futbol crece y aumenta su arraigo entre los mexicanos que no estaban peleando”, expone el historiador Carlos Calderón.

Sin embargo, el especialista añade que hay que mirar hacia atrás para entender la sobrevivencia balompédica ante las armas revolucionarias.

Pese a huir del país una vez que comenzó el conflicto en contra del régimen de Porfirio Díaz, los ingleses pudieron contagiar a españoles y mexicanos para que los practicaran.

“Ya en 1910, ya que está por estallar la Revolución, el futbol parecía que iba a desaparecer porque los ingleses comienzan la retirada, pero no es así. Lo que le da fuerza al futbol es a través de los equipos españoles. Por ejemplo, el club España nace en 1912 o en 1910 nace el México, hecho por mexicanos y españoles. Surge el Asturias, y luego se da paso a los equipos más mexicanos como América, el mismo Atlante y otros surgen en el interior de la República.

Otra de las ayudas que tuvo el deporte más practicado en México ante las disputas revolucionarias es que los focos de los enfrentamientos estuvieron en sitios específicos.

Calderón manifiesta que en el norte del país y en partes de Morelos y el centro de la capital era donde más peligro de terminar herido por balas había.

“Lo que sucedió es que no se peleaba por todos lados, sino que hay focos especiales que están peleando en Morelos, en el norte, en la ciudad de México se dan en la zona del centro. Se prestó para que el futbol siguiera, además de que ya habían varias ligas como la de Occidente”, recuerda.

No obstante, el pilar principal para la sobrevivencia fue que entre los mexicanos hubo un gusto por la práctica de este deporte que trajeron los ingleses y que la Revolución respetó.

“En grandes guerras, el futbol ha sobrevivido. En la Primera y Segunda Guerra Mundial mermó en cuanto no hubo dos Mundiales, pero los deportes están alejados de las batallas, un ejemplo fue el futbol en la Revolución Mexicana”, concluye.