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El Tri, a ritmo de banda en la noche del caos

Abraham Guerrero G.| El Universal
Viernes 13 de junio de 2008
Jugadores de Jalisco y el norte del país gustan de que los “siga la tambora”, mientras que los del DF prefieren la música ‘fresa’

abraham.guerrero@eluniversal.com.mx

En la Selección Nacional es el gusto musical el que divide. Los jugadores que se vieron envueltos en el escándalo que terminó con la detención de Oswaldo Sánchez son seguidores irreductibles de la música de banda, han jugado en los equipos de Guadalajara o vienen del norte del país. Los “fresas” son los que estaban dormidos ese día. No escuchan esos ritmos, no son tantos y su origen es el Distrito Federal. Unos y otros no están peleados, pero no se mezclan.

Así comenzó todo. El pretexto de la reunión en la habitación del “caos” fue la música. Y, como la canción de El Recodo que les encanta a los seleccionados, el incidente podría intitularse: Pena tras pena.

Oswaldo fue el más perjudicado. Él en realidad intentó calmar el escándalo, pero cuando llegó a la habitación lo convencieron y se quedó en la fiesta con sus amigos. Andrés Guardado, Ricardo Osorio, Jonny Magallón, Carlos Salcido y Patricio Araujo eran los escandalosos que se pudieron marchar gracias al portero que al final terminó detenido. Todos, excepto Osorio, han jugado en el Atlas o en las Chivas y son buenos amigos.

Entre los “fiesteros” faltó Jared Borgetti —quien en esta ocasión se guardó temprano y además es compadre de Poncho Lizárraga, líder de El Recodo—, además de Rafael Márquez y Pável Pardo, quienes no están con el equipo estos días. Junto con Oswaldo, ellos son los veteranos del Tri, los capitanes. A ese grupo, los nuevos valores intentan integrarse de a poco, como Guardado.

El resto de los seleccionados decidieron no seguir con la fiesta y se fueron a sus habitaciones en busca de descanso. Es un decir, porque por el excesivo estrés al que se ven sometidos en un partido importante, pocos pueden dormir rápido.

Entre los que adoran la banda, pero se fueron a la cama están Adrián Aldrete, Carlos Vela y Héctor Moreno, todos buenos bailadores. Pero la música continuó entre El Recodo y La Arrolladora Banda Limón.

El gusto por esa música llegó al Tricolor conforme se fueron integrando jugadores provenientes de Sinaloa y el Pacífico.

Años atrás, Daniel Osorno, quien fue seleccionado recurrente, tenía una banda de la que era percusionista: Pura Caña. Él llevaba los discos a las concentraciones del equipo para armar la fiesta.

Los otros, los ‘fresas’, escuchan cosas diferentes. Ellos son Gerardo Torrado, Guillermo Ochoa, César Villaluz, Julio Domínguez, Óscar Rojas, Fernando Arce y Gonzalo Pineda, quien más bien gusta de la trova.

Unos y otros no se miran feo, pero tienen grupos de amigos distintos, salen de fiesta separados y no se mezclan en las concentraciones.

Hay otros más que no forman parte de grupos, como Sinha, Aarón Galindo o Luis Pérez, y otros dos que forman el suyo: Cuauhtémoc Blanco y Nery Castillo.

Ahora sí que como diría El Recodo sonando fuerte la tambora, sacándole brillo a la pista y quebrando: “bienvenidos al club de la feas”.



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