Chanel es un nombre sin el que no podría entenderse la moda. Detrás de este reconocido sello, subyace la imagen de una mujer adelantada a su época, cuya visión y estilo de vida la llevaron a convertirse en un icono que continúa inspirando toda serie de obras literarias, cinematográficas y teatrales.

Ejemplo de ello es la puesta en escena Coco, Mademoiselle Gabrielle, que retoma la figura de este polémico personaje, quien no sólo logró construir un emporio en el campo de la moda, sino que abrió camino para las mujeres contemporáneas. “De Coco admiro su independencia y el valor que tuvo para ir en contra de los cánones imperantes de la época”, indica Pilar Boliver, productora y actriz que da vida a la diseñadora.

Más allá de su huella en el mundo del glamour, este ágil monólogo explora el lado humano de la inventora del little black dress. La obra se sitúa en la etapa adulta de Mademoiselle, quien en su cercanía a la muerte trae a la memoria algunos de los momentos más importantes de su vida.

“Se abordan diferentes etapas de su vida, como cuando está en el orfanato, cuando conoce a Étienne Balsan, vive la Segunda Guerra Mundial y la creación de la fragancia  Chanel No. 5, entre otros”, señala Boliver. En esta puesta en escena contrasta la vejez y la soledad de la creadora con su éxito profesional.

Sobre el escenario se muestran algunos de los sellos estilísticos de la diseñadora, como la falda de tweed, prendas de jersey, el pijama masculino (integrado por un pantalón y una camisola de seda negra con ribete blanco), los colores emblemáticos de su firma: el beige y el negro. Tanto el vestuario como la caracterización son creación de la productora.

Coco, Mademoiselle Gabrielle forma parte de una trilogía de monólogos, creados por Boliver, que rinden homenaje a las mujeres que fueron punta de lanza durante el siglo XX y cuyo papel trazó el camino para las mujeres modernas. “Chanel fue una mujer vanguardista: se atrevió a salir a la calle con el pelo corto, se bronceaba, subió la falda a la rodilla, eliminó los corsés de sus prendas...”, comparte la productora.

Su comportamiento no sólo escandalizó a mujeres y hombres de su época, también a sus colegas, con quienes sostuvo sonadas rivalidades, las cuales forman parte del guión de la obra, ya que ayudan a construir la identidad de este personaje que se convirtió en un mito, debido a su postura existencial.

“Todos somos personas complejas; por ello quise poner en escena a esa Coco compleja, ni buena ni mala, simplemente mujer, un ser humano que tuvo una vida, en mi opinión, mucho más difícil que otras mujeres”, afirma la actriz y productora. Sin duda, una faceta poco explorada en el teatro, que vale la pena conocer.