La cultura del sacrificio ha llevado a los inmigrantes mexicanos a trabajar en cosas que los estadounidenses no están dispuestos a hacer y si bien, están impactados con el dólar cada cierto tiempo necesitan regresar a respirar a su patria.

El escritor Ignacio Gómez-Palacio comentó lo anterior al presentar su libro ?El dólar y la virgen. Dos dioses en conflicto? (Plaza&Janés) en el cual, sin afán de hacer un análisis del Tratado de Libre Comercio, trata de explicar cómo estos símbolos de las dos culturas son parte de una realidad en la que se quiera o no estamos inmersos.

?La experiencia en ambas culturas la tenemos todos porque es una presencia constante, sobre todo a últimas fechas en las que tenemos toda la invasión de los medios de Estados Unidos, donde vemos películas, formas de vestir, de vivir, comida, música, etcétera?, dijo, ?nosotros en realidad somos biculturales aunque no lo queramos y en cierta manera reflejo de lo que decía Carlos Monsiváis, la primera generación de estadounidenses nacidos en México?.

Gómez-Palacio dijo que ha tenido un contacto profesional y académico muy cercano con Estados Unidos donde ha sido testigo del choque cultural del hispano que llega a ese país como inmigrante o exiliado, como es el caso de los cubanos.

El también autor de ?La Lágrima. Historia de una familia que bebía de los vientos? expresó que los estadounidenses nos han impactado con su cultura del dólar de la misma manera que nosotros los estamos impactando a ellos.

?Los Estados Unidos mucho han hablado de la cultura de una pequeña Europa que se está haciendo, que llegaron en situaciones económicas difíciles, que se quedaban 10 o 15 años antes de regresar a sus países verdaderamente convertidos a la nacionalidad estadounidense?, expresó, ?lo que que ha sucedido con los latinos es diferente pues están yendo pero también regresan continuamente. ¿Cuántos de nuestros braceros vuelven a la fiesta del pueblo, a una boda, a un funeral, a tocar y respirar las raíces de su patria??

El autor consideró que esta novela es una alegoría ?una mentira falaz como toda novela debe serlo, que refleja lo posible de una realidad. No estoy retratando un caso ni la realidad absoluta porque creo que eso es materia de un ensayista, de un sociólogo, de un politólogo o de un demógrafo. Pero, en este caso, me muevo en el campo de lo posible?.

Expresó que la Virgen de Guadalupe ha pasado a ser un verdadero símbolo de nuestra nacionalidad, ?en el sentido de que ya no nos dividimos entre aparicionistas y los que no lo son, sino que es algo que nos une y nos identifica con una penetración bárbara que se ve a través de peregrinaciones que se hacen en algunas universidades como la de Harvard o Yale y aunque los protestantes los ven como idólatras, ya están acostumbrándose a su presencia?.

Consideró que la cultura mexicana y la estadounidense están en un diálogo constante, ?ya viene el presidente de Estados Unidos George W. Bush para acá el próximo mes, ya fue nuestro presidente, quien con cierta temeridad pidió que se quitara la frontera y aunque allá dijeron ¡de ninguna manera!, es la primera vez que se solicita, y por supuesto, ahí están las constantes demandas del TLC que deben tratarnos como pares que es algo que no pasa y es uno de sus graves problemas para que dejemos en muchos casos el diálogo interno y silencioso?.