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Vuelven sonidos del órgano de Mapethé

Patricia Velázquez Yebra y Elda Maceda| El Universal
Sábado 06 de enero de 2001
Vuelven sonidos del �rgano de Mapeth�

. (Foto: EL UNIVERSAL )

Tras 12 años de restauración del instrumento barroco, el investigador Daniel Guzmán prepara un libro sobre el proyecto, que será un puntal en la historia

Después de un trabajo minucioso de más de una década, luego de su reinauguración con misa, bendición y concierto de huapango hidalguense, el órgano de Santuario Mapethé servirá como ejemplo de restauración, en el libro que prepara el especialista Daniel Guzmán.

Fueron 12 años los que dedicaron los estudiantes y el coordinador del Taller de Instrumentos Musicales de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía ?Manuel Castillo Negrete?, del Instituto Nacional de Antropología, para completar el ciclo de recuperación del órgano que ahora suena de manera cotidiana en el pequeño poblado de mil personas.

?Esta fue una restauración que desde el principio tuvo la perspectiva, no sólo de hacer sonar al instrumento, sino también de dejar un puntual registro de la historia, técnicas, análisis de materiales e incluso de las herramientas que se utilizaron, para recuperar el sonido de sus 540 flautas?, planteó Daniel Guzmán, coordinador del Taller de Instrumentos Musicales de la citada escuela.

El proyecto Mapethé, que inició en 1987, involucró también los talleres de escultura policromada y pintura de caballete, con el fin de llevar a cabo un trabajo de restauración integral del santuario ubicado en esta pequeña comunidad del estado de Hidalgo, donde hay una maravillosa iglesia del siglo XVIII, cuyo mobiliario, ajuar y contenido en general están prácticamente intactos, aseveraron los coordinadores de los citados talleres, Liliana Giorgulli y Javier Vázquez.

A partir de ese momento, la escuela empezó a tener presencia en la comunidad a la que acudían anualmente, lo que permitió que se generara una comunicación muy respetuosa y amigable con sus habitantes.

Sobre el estilo del mueble que sustenta al órgano, el coordinador de la labor de reconstrucción informó que se inscribe en lo que llamó un neoclásico muy particular; y en cuanto a la estructura musical interna, anotó, ésta corresponde a la del típico órgano barroco hispanomexicano.

?La manufactura del mueble no es maravillosa. Yo digo que es más cercano a los instrumentos populares, que a instrumentos académicos?, establece el especialista, quien añade, ?se ve que quien hizo el instrumento era alguien que entendía algo de la construcción de órganos o que tenía algún pariente con esos conocimientos, pero eso no le quita el buen sonido que tiene?.

A lo largo de los años recientes, Daniel Guzmán se convirtió en un verdadero detective histórico para desentrañar los misterios que encerraba el órgano decimonónico de Santuario Mapethé, tales como la existencia de un instrumento antecesor del siglo XVIII en el mismo recinto.

En una primera etapa, acotó, tuvo la certeza de que en Santuario Mapethé sólo había un órgano tubular. Después observó que aquella estructura tallada en madera que en el pueblo se pensaba era un retablo inconcluso, en realidad era un órgano antiguo.

?Cuando me dijeron aquí va el santito fulanito , les contesté, no, aquí va la flautita sutanita ?, refiere con humor.

Entre otros datos que dieron luces sobre la existencia del instrumento del siglo XVIII, se encuentra la caligrafía de una inscripción que se encuentra en una de las paredes del santuario, y un texto que aparece en el órgano ?nuevo? del siglo XIX.

?Encontramos también un graffiti tallado en el órgano que restauramos, en la que dice que un maestro don Faustino tocó en 1832, cuando el órgano que considerábamos único se había construido en 1851?, planteó Guzmán.

Luego, el restaurador de instrumentos musicales con especialidad en cuerdas y órganos, explicó, ?era una práctica común en el barroco que cuando se mandaba construir un órgano nuevo, si había otro que ya estaba inutilizado, se pagara al organero constructor con el órgano viejo y con un dinero adicional. Era una especie de antropofagia histórica, ya que en el nuevo instrumento se utilizaban las piezas útiles del anterior?.

Al atar cabos, apuntó el maestro Guzmán, resultó evidente que el órgano antiguo se tocó, e incluso tiene la sospecha de que el instrumento puesto otra vez en funciones, tenga el teclado del viejo instrumento.

Uno de los orgullos del equipo se cristaliza en la recuperación del sonido antiguo del instrumento, asegura el investigador.

?Suele suceder que en la recuperación de un órgano de estas características, el sonido sea nuevo también. Para lograr esa precisión musical?, añadió, la afinación se realizó al estilo barroco.

Al respecto, el maestro Javier Vázquez comentó que se repusieron algunos tubos del órgano que se habían perdido, para lo cual fue necesario realizar análisis químicos de la aleación de las flautas que permitieran conocer cuáles eran los elementos y el porcentaje de cada uno de ellos, con el fin de igualar la emisión del sonido.

?Aquí en la escuela se fundió el plomo de la misma manera como se hacía antes para fabricar las flautas?, expresó.

Otro de los datos que sobre la cotidianidad de la época colonial arrojó la restauración del órgano de Mapethé tiene que ver con la costumbre de cubrir fugas de aire con papeles manuscritos de la época, como los ejercicios de caligrafía que se recuperaron o pedazos de la ?Gaceta de México,? en los que la noticia del momento giraba en torno de los problemas que padecieron los jesuitas, los cuales desembocaron en su expulsión del territorio de la Nueva España.

Sobre los costos de la restauración, Daniel Guzmán, quien participó con José Luis Falcón en la recuperación reciente del Organo Monumental del Auditorio Nacional, expresa: ?No hay manera de medir el valor de este trabajo, difícilmente se pagaría con dinero. El esfuerzo fue de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, que proporcionó en los 12 años los apoyos para cada temporada de trabajo de campo que tenían una duración de alrededor de dos meses?, refirió el restaurador.

La comunidad de Mapethé que contribuyó con alojamiento y alimentación de los restauradores a lo largo de estos 12 años, constituye una fuente inagotable de leyendas, como la que comunicaron a los especialistas en torno al famoso Cristo que se resistió a desaparecer.

?Ese Cristo, que se dice se restauró sólo para que no lo retiraran de templo, aparece en las pinturas de caballete que los compañeros del Taller de Pintura de Caballete de la Escuela restauran en un proceso que es más largo que el de la restauración del órgano?, apuntó.

Para garantizar que el órgano volverá a sonar todos los días en los oficios del Santuario ?poblado que se ubica entre la sierra y el valle del Mezquital?, Daniel Guzmán proporcionó a José Luis Morgado, el tecladista de un grupo norteño que vive en la población, algunas de las claves para cumplir con su cometido de la mejor manera.

Respecto de la restauración de la obra plástica, Liliana Giorguli y Javier Vázquez comentaron que los talleres de escultura policromada y de caballete trabajaron en la restauración de tres retablos de la iglesia, que contienen esculturas y pintura de caballete a las que también se hicieron análisis químicos para conocer a fondo sus componentes, además de trabajar en la estructura misma de los retablos.

Añadieron que también se han trabajado otros materiales, como objetos de metal y de papel, que forman parte de la ornamentación de la iglesia, además de la campana.

Al explicar las características de los retablos, indicaron que son de estilo barroco y de carácter mixto, con bellas piezas de escultura y pintura, cuya cualidad principal es que mantienen una integridad y constituyen una producción muy homogénea dentro de la misma iglesia, con lo cual revelan un solo momento constructivo y decorativo.

En su opinión, el proyecto Mapethé constituye uno de los más importantes y de mayor tradición en la escuela, que se enlazó muy bien al proceso formativo de los alumnos, cuyo plan de estudios contempla las prácticas de campo para que aprendan a trabajar in situ con la obra, a pesar de que muchas veces no se cuenta con las condiciones ideales.

Finalmente, comentaron que una de las cualidades de Mapethé es su integridad de época prácticamente intacta. ?Es este efecto de conjunto y armonía dentro de la iglesia lo que le da una relevancia muy importante.?



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