Centro histórico de Puebla, patrimonio en peligro
ESPACIO DE ESTACIONAMIENTOS. En la última década se han derribado edificios que luego se destinan únicamente a los autos, sin que se tome en cuenta el valor artístico, histórico y cultural de los inmuebles. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
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La lista de daños a inmuebles históricos por las constantes intervenciones modernas en el centro histórico de Puebla es larga y ante la falta de medidas de las autoridades locales, estatales y federales para frenarla destrucción del patrimonio edificado en este sitio, inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial en diciembre de 1987, el caso comienza a escalar hasta niveles internacionales con iniciativas como solicitudes a la UNESCO para que se incluya en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro y en la Lista del Observatorio Mundial de Monumentos (World Monuments Watch).
Desde 7 de marzo, el Comité Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), organismo consultivo de la UNESCO, entregó a Gustavo Araoz, titular internacional de este Consejo, un informe en el que solicitan que se alerte al Comité del Patrimonio Mundial sobre las continuas intervenciones que han alterado los valores excepcionales del centro histórico de Puebla y que, de ser posible, se incluya en la Lista de Patrimonio en Peligro.
A esta solicitud, entregada personalmente en París por la presidenta de ICOMOS México, Olga Orive, se suma la que el Comité Mexicano para la Conservación del Patrimonio Industrial A. C., envío al World Monuments Watch, una de las herramientas más eficaces que el Fondo Mundial de Monumentos (WMF) tiene para proteger sitios que requieren de ayuda inmediata.
La decisión de solicitar la intervención de la UNESCO, dice la arquitecta Olga Orive, se hace luego de las reiteradas solicitudes a diversas autoridades estatales y locales de Puebla, para frenar la alteración del sitio, pero que no se han tomado en cuenta.
Explica que la declaración de un bien en peligro obliga a la UNESCO y al país parte a desarrollar y adoptar un programa de medidas correctivas, así como a supervisar el sitio, pero en caso de no prosperar los acuerdos, el Comité del Patrimonio Mundial puede revocar la designación de Patrimonio de la Humanidad. Esa medida, refiere Orive, solo se ha aplicado dos veces: en 2007, cuando el gobierno de Omán pidió que se excluyera de la lista de patrimonio de la Humanidad al Santuario del Oryx Árabe para explotar las reservas de petróleo, y en 2009, cuando se retiró la denominación al paisaje cultural del Valle del Elba, en Dresde, Alemania, ante el interés de construir un puente.
El caso del centro histórico de Puebla “es como una llamada de atención, no nada más a Puebla sino a los otros sitios mexicanos inscritos en el Patrimonio Mundial, en donde se están haciendo obras absolutamente contrarias a su conservación”, advierte Orive. Hasta ahora, añade, ningún sitio declarado patrimonio en México ha entrado a esa lista. “No llegan a la gravedad de Puebla”, dice.
Olga Orive considera que para México la inclusión del centro histórico poblano en esta lista de patrimonio en peligro podría ser percibida como un deshonor, pero asegura que más bien esto ayudaría a atraer la atención de las autoridades.
“A muchos colegas y gobernantes les da miedo esta recomendación, pero con el hecho de que esté puesto ahí, el gobierno estatal o federal puede recurrir a recursos, por ejemplo del WMF o del Fondo del Patrimonio Mundial de la UNESCO, para poder revertir los daños que se hubieran hecho”. Considera entonces que la sola posibilidad de inscribir un sitio en esa lista “podría ser muy efectivo para instar a una acción rápida de conservación”.
Intervenciones
En el documento enviado a la UNESCO se enlistan modificaciones en la zona de monumentos históricos realizadas en las últimas dos décadas, como las del sector de San Francisco, en 1994, la intervención al Museo Amparo, las alteraciones a la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, y la reciente construcción de un teleférico cuyas torres metálicas de hasta 70 metros de alto rompen con el entorno y provocaron la demolición de “La Casa del Torno”, de los siglos XVII y XVIII.
Una problemática grave es la continua demolición de edificios históricos para convertirlos en estacionamientos. “En un plano del área central en el que analizamos las 13 manzanas que circundan la Catedral, podemos referir la presencia de 17 edificios convertidos en estacionamientos… Muchas de las calles icónicas de la ciudad sólo conservan las fachadas de las edificaciones históricas preexistentes”, detalla el dictamen.
Entre los inmuebles afectados por este práctica destacan los casos de la Calle 3 Poniente, No. 141, una manzana contigua a la Catedral donde se construyó un estacionamiento para el Congreso del Estado de Puebla, y el del inmueble de la calle 2 Oriente, No. 205, catalogado como Monumento Histórico del siglo XVII. Sobre este último, Rosalva Loreto López, presidenta del Comité Defensor del Patrimonio Histórico Cultural y Ambiental de Puebla A. C., comenta que se trata de una casa particular que desde hace dos años se ha venido destruyendo y donde se levanta un estacionamiento, con el consentimiento del INAH. “Han puestos sellos de cancelación de la obra, pero ha continuado su destrucción”, dice.
Por encima de las leyes
Adelaida Ortega, representante del ICOMOS en Puebla, comenta que los casos de demolición de esta casa y la del Torno en el Barrio del Artista, ejemplifican las violaciones que el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Ayuntamiento de Puebla han hecho a la normatividad existente y el desapego a los decretos de protección, como el de 1977 que declara al centro histórico de Puebla como Zona de Monumentos Históricos. “El problema es que se está infringiendo la ley en todos los sentidos y ha llegado a un punto crítico”, advierte Adelaida Ortega.
Por su parte, el arquitecto Francisco Vélez Pliego, presidente del Consejo Ciudadano del Centro Histórico, asegura que en el caso del inmueble de la 2 Oriente 205, el INAH fue más allá de las funciones que le corresponden, al permitir que se modificara el uso de suelo previsto dentro del plano urbano de desarrollo.
“El INAH no tiene facultades para cambiar los usos de suelo, sin embargo hubo una autorización para construir en una obra del siglo XVII”, comenta el arquitecto.
Vélez Pliego y Loreto López coinciden en afirmar que el hecho de que el centro histórico de Puebla sea inscrito en la Lista de Patrimonio en Peligro sería un antecedente negativo para México, pero al mismo timepo ayudaría a llamar la atención de las autoridades para que se frenen los daños al patrimonio.
“Queremos llamar la atención en este caso porque es derivado de una acción sistemática de los gobiernos y no es algo que se ha dado de manera natural, como fue con el terremoto de 1999. Ha sido por la voluntad de los gobiernos, quienes están afectando las cualidades que hacen que Puebla haya sido inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad”, asegura Vélez Pliego y argumenta: “Es inconcebible que las torres del teleférico compitan con las del templo de San Francisco y las de la Catedral. No estamos dispuestos a negociar la destrucción de un paisaje que tiene 500 años de conformación”.
Rosalva Loreto López encabeza el Comité Defensor del Patrimonio poblano, asociación que consiguió a principios de año un amparo para detener las obras del teleférico.