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“Con la pérdida de Texas birlaron el imaginario mexicano”

Yanet Aguilar Sosa| El Universal
Martes 19 de febrero de 2013
“Con la p�rdida de Texas birlaron el imaginario mexicano”

OBRA AMBICIOSA. La autora recrea la vida de Texas tras la pérdida del territorio . (Foto: TANYA GUERRERO EL UNIVERSAL )

Carmen Boullosa hizo de su nueva novela un western a ritmo de corrido

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Carmen Boullosa sabe que la pérdida de Texas sigue siendo una herida abierta para México, no sólo porque le hurtaron parte de su territorio, sino porque además le fue birlado su imaginario colectivo: los mexicanos dejaron de verse como vaqueros. Esa certeza la llevó a una determinación, escribir una novela con cuya historia devolviera a los mexicanos su imaginario texano, una novela construida a ritmo de corrido y a galope de caballos; una novela con la atmósfera del western.

La colaboradora de EL UNIVERSAL asegura que en Texas (Alfaguara, 2013) quiso recuperar todo un imaginario y además una muestra de que los mexicanos estaban haciendo bien las cosas. “Era todo un territorio en el que nuestro imaginario mexicano nos retrataba diferentes: eramos el aventurero, eramos el triunfador, eramos el exitoso, había mucha tierra y había la posibilidad de crear riqueza, la riqueza de las vacas, la riqueza de los caballos, pero además era un territorio que representaba una posibilidad muy grande de futuro”.

La narradora y poeta se dejó seducir por la historia texana y por sus personajes, en especial por Juan Nepomuceno Cortina, el ranchero, político, líder militar, forajido y héroe popular que al ser despojado de sus tierras se enfrentó a los estadounidenses y varias veces invadió el territorio que le fue hurtado al país. Más allá de eso, de situar su historia en 1859, pocos años después de la invasión americana y un poco después de la invasión de Texas por Estados Unidos, quiso revalorar el espíritu triunfador de los mexicanos.

“Esta novela es el regreso a México del imaginario texano, ahí están todos, menos el herrero porque me molestaba el ruido, pero hay apaches y comanches, hay cautivos, hay alemanes, austriacos, cubanos, todo lo que hubo en la Texas de entonces, los oficios diferentes, el carnicero, las diferentes variedades de vaqueros, las mujeres aventureras y los odiosos rangers. Esta es la Texas nuestra, la mexicana que perdimos”, señala la narradora.

Un western mexicano con mole

Texas es otra de las ambiciosas novelas de Carmen Boullosa en la que aparecen muchísimos personajes, hubo un momento en el que llegó a contar 158 personajes porque su verdadero afán era pintar el panorama completo de ese territorio y esa época. Por eso están los apaches, los oficiantes, las escritoras aventureras, las vaqueras, las vacas, los búfalos, la ilusión romántica del espacio abierto, el caballo, el enfrentamiento, el uso de la arma de fuego.

“En la novela no sólo aparece esa visión romántica, sino la situación cruenta del despojo del territorio mexicano y el linchamiento de mexicanos. Quería en la novela contar todo esto con todos los hacedores, los que trabajan en el mercado, los soldados de los dos bandos, los curas de las diferentes dominaciones, las esposas, los amantes, el farmacéutico, el doctor, incorporarlos a todos a esta especie de canto aventurero, esta especie de corrido texano”, afirma Boullosa.

Por eso la novela está narrada como una especie de corrido, con su estribillo que permite ir regresando a cada tanto al protagonista principal y a la frase: “Cállate, grasiento pelado”, con la que empieza la historia, que forma parte de un hecho real, y con la cual los texanos mexicanos se comenzaron a dar cuenta que serían humillados por los anglosajones que habían tomado su territorio.

“Alrededor de Juan Nepomuceno voy anexando a los otros personajes; pero además como el corrido es muy narrativo y muy aventurero, esta novela es un western, una especie de “mexican texan western”, o por decirlo más claramente, es un western mexicano con mole, un mole western; una novela en la que vuelvo a pintar a todos estos personajes que sí estaban en la literatura de la época, en el romance de los comanches, en los corridos y en los poemas de la época; tomo algunos de los personajes de la literatura anglosajona de la época para incorporarlos a nuestra Texas mexicana”, agrega.

En la historia que se plantea el hecho de que los mexicanos de ese lugar se encontraron un día con que ya vivían en otra región y se enfrentaban a la codicia de los norteamericanos, Carmen Boullosa señala: “Ellos se quedan con el territorio pero se quedan también con nuestra porción del imaginario”.

La poeta pensó que la mejor manera de contar los hechos de esa historia de hombres armados, de mujeres indómitas, y esa crónica de vaqueros y apaches que conviven con inmigrantes de distintos países era como un largo corrido. “Ese es el gusto formal que tuve de acercarme a la Texas mexicana de esa época y el gran reto formal como escritora fue haber escrito esta novela a ritmo de corrido y de trote de caballo”.

Escribir a ese ritmo la historia no fue fácil, le costó muchísimo trabajo, primero la intentó escribir como una novela épica, pero no tenía nada del espíritu aventura que debe tener una novela para la que tenía una gran cantidad de información. “Yo había saqueado todo, la historia de Bruneville, de Matamoros, de Texas, el capital literario que había guardado, las imágenes, las ilustraciones, las pinturas de la época y las fotografías, era tremendo; entonces me puse a ver los westerns antiguos y obsesivamente veía cuanto western se me aparecía, buscándole qué había en el género que a mí me pudiera servir y para ver qué tenía que desechar; de tal forma que entonces la novela termina por ser muy cinematográfica”.

Una novela en la que corre una noticia como reguero de pólvora por todo Texas y se mete a las casas, a los negocios, la vida cotidiana que está muy presente sin que por ellos caiga en una novela doméstica, pues nadie interrumpe su vida mientras llega la noticia de que el sheriff Shears le ha dicho “Cállate, grasiento pelado” al terrateniente mexicano Juan Nepomuceno Cortina.

“Para México, la pérdida de Texas sigue siendo una herida abierta porque perdimos no sólo el territorio sino esa idea de que íbamos ganando y esa aventura que prometía tanto futuro; tenemos una herida muy grande, repetida y sin sanar”.



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