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MERIDA.— Al final del recorrido por la sala del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida, un video interactivo en una de las salas de inmersión resume la intención de este nuevo recinto cultural: revalorar la historia y la riqueza de los mayas peninsulares, una cultura con más de 3 mil años de existencia que, además de su rico pasado prehispánico, sigue siendo un pueblo vivo, con identidad propia.

El nuevo recinto se inauguró de manera oficial el lunes por la noche, en medio de un espectáculo de luz y sonido, con juegos pirotécnicos y emotivos discursos de funcionarios y empresarios que tuvieron a su cargo el desarrollo del inmueble.

En el evento, realizado en la explanada del recinto, a unas semanas de que deje su cargo, la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, dijo que éste será un espacio cultural moderno y de vanguardia, que exhibirá los más grandes tesoros de esa tierra, como “una bóveda del tiempo, donde se conjugan el pasado, presente y futuro”.

Sin embargo, durante el recorrido inaugural por el espacio, las vitrinas de la primera sala aún lucían vacías, en otra, una leyenda indicaba que por motivos de restauración la pieza aún no había sido montada.

“Son sólo algunos detalles que no le quitan importancia a lo que ya está”, señaló ayer durante un recorrido a los medios, la arquitecta Josefina Rivas, integrante del despacho de arquitectos 4A, que tuvo a su cargo el diseño del inmueble.

Con detalles por ultimar en la museografía y gran parte del conjunto arquitectónico incompleto -pues falta terminar el área que integra el domo que asemeja a una Ceiba, el cual incluye una sala de exposición temporal, las áreas de servicios, una sala de cine y oficinas-, el recinto comenzó a recibir a sus primeros visitantes desde ayer.

Con un costo de 770 millones de pesos y desarrollado en la modalidad de Proyectos para Presentación de Servicios (PPS) por Promotora de Cultura Yaxché, empresa que agrupa a Grupo Hermes de México, del empresario Carlos Hank González, el museo pretende ser una ventana hacia las múltiples facetas de los mayas peninsulares.

La propuesta museográfica del recinto, explicó el arquitecto José Enrique Ortiz Lanz, director del proyecto museográfico, es innovadora y además rompe paradigmas en muchos aspectos: Ofrece un recorrido invertido, incluye salas de inmersión con alta tecnología, privilegia la lengua indígena maya en sus cedularios e información, y permite que los visitantes tengan una experiencia más cercana a las piezas arqueológicas evitando, en algunos casos, las tradicionales vitrinas de exhibición.

Así, aunque faltan piezas por montar, la primera sala exhibe la diversidad geográfica y humana de la Península de Yucatán.

La segunda sala, que muestra piezas textiles, esculturas religiosas del siglo XX y diversas maquetas, está dedicada a los mayas de hoy e invita a reflexionar sobre las actuales condiciones de vida de los mayas de la región, analiza aspectos como su economía, educación, ceremonias y vida cotidiana.

Piezas y herramientas de la maquinaria utilizada en las haciendas henequeneras de Yucatán son algunas de las piezas que se exhiben en la tercera sala, la cual muestra las transformaciones económicas, políticas y sociales vividas durante la Conquista, la Colonia y el primer siglo de vida independiente.

En la cuarta, a partir de diversas piezas arqueológicas que fueron trasladadas del Museo Regional de Antropología de Yucatán “Palacio de Cantón”, se muestra la visión del mundo, los conocimientos y el arte de los mayas ancestrales.

El museo contempla una sala de exposiciones temporales, la cual planea estar lista en noviembre, igual que el resto del inmueble.

La primera exposición que se montará en ese espacio será en torno al cráter de Chicxulub, presuntamente formado a partir del impacto de un meteorito, hace aproximadamente 65 millones de años.