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Edgardo Aragón, José León Cerrillo, Moisés García, Arturo Hernández Alcázar, Begoña Morales, Moris, Felipe Núñez, Tania Pérez Córdova, Ana Roldán y Antonio Vega Macotela son los artistas que participan en la exposición La Hora y los Sitios, curada por Oliver Martínez-Kandt, que se exhibe en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO).

Muchas de las obras que los artistas presentan tienen al museo como eje, pues intervienen los espacios del propio edificio, lo atraviesan, lo “deforman”, aprovechan su luz, sus altos muros, sus cuartos.... Una especie de homenaje al MACO que, como museo, festeja este 2012 dos décadas de historia.

Gran parte de las piezas fueron hechas de manera ex profesa para la muestra e, incluso, varios de los artistas trabajaron en la propia ciudad de Oaxaca para generar esa integración precisa entre sus propuestas y los espacios del museo, el cual tiene como sede un edificio colonial de finales del siglo XVII.

El curador Martínez-Kandt escribió que la muestra “explora relaciones persistentemente creativas y paradójicas que consideran a la presencia como un estado para aprehender el movimiento de los cuerpos, de las cosas y del tiempo; entendiendo a esta capacidad como una unión que se determina por una multiplicidad acumulativa producida en el entorno perceptivo entre el espacio, las narrativas y la gente”.

José León Cerrillo, artista de San Luis Potosí y residente en el DF, presenta una obra que justamente afecta espacios exteriores e interiores del museo, integra a partir de una serie de geometrías tres salas de los dos pisos; en esta retícula el espectador camina para vivir un nuevo recorrido que no sólo es visual.

En la propuesta de Begoña Morales, concebida según las características de una de las salas del museo, el espectador se mueve por el que sería el techo, pues la artista hace una especie de juego entre lo que está arriba que se replica exactamente, a partir de vigas y lámparas, en el piso.

La obra de Arturo Hernández Alcázar atraviesa, con la fuerza de todos los materiales industriales que la componen, dos salas del museo.

En un doble video que se proyecta en dos muros enfrentados de una sala del recinto, Edgardo Aragón aborda una vieja confrontación de dos comunidades. Y Moisés García crea una estructura con base en la arquitectura de la zona de Monte Albán; es una visión contemporánea del sitio.

El curador ha dicho que el motivo es “en un mismo tiempo ver muchos espacios, los puntos de vista de cada artista, que está pendiente de su entorno y que expresa su entendimiento del mundo que vivimos”.