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TONINÁ, CHIAPAS.- La alianza militar entre Copán, en Honduras y Palenque, en México, para luchar contra la ciudad de Toniná, hace más de mil años, fue corroborada con el hallazgo de dos esculturas de piedra caliza que representan a cautivos de una guerra que duró más de 26 años por la disputa de las aguas del Río Usumacinta.

El arqueólogo Juan Yadeun, que tiene 30 años de trabajo en la zona arqueológica de Toniná, explicó que el hallazgo ocurrido entre el 2010 y principios del 2011, en el juego de pelota de este sitio, también incluye un par de tableros que fungieron como marcadores de un juego de pelota.

El responsable de la ciudad maya que se localiza en el municipio de Ocosingo, Chiapas y coordinador de los arqueólogos mexicanos del INAH que trabajan en el lugar, dijo que las esculturas de piedra caliza, que tienen una antigüedad de mil 300 años, pertenecen al clásico temprano y hablan de la guerra que se libró entre los señoríos mayas entre los años 688 a 714 d.C.

Yadeun señaló que una de esas esculturas fue encontrada dividida en más de 20 fragmentos y sin cabeza, enterrados en las gradas y al sur de la cancha del juego de pelota; mientras que la otra estaba completa, aunque fracturada en tres partes. Respecto a los dos tableros estaban partidos en más de 30 fragmentos.

El especialista del INAH señaló que “ambas esculturas de cautivos tienen inscripciones jeroglíficas -en el pecho y sobre el taparrabo- que refieren que estos individuos fueron súbditos del señor K’uy Nic Ajaw, perteneciente al reino de Copán, hoy Honduras, en la época en que gobernó Uaxaclajuun Ub´aah K´awiil, conocido como 18 Conejo, en el periodo Epiclásico (680- 800 d.C.).

Los rastros de la batalla

El arqueólogo responsable de Toniná explicó en conferencia que los hombres fueron capturados “muy cerca de aquí”, tal vez cuando trataron de realizar una negociación para “aliviar la presión que ejercía Toniná sobre Palenque”. Juan Yadeun explicó que las investigaciones demuestran que esto fue hace más de mil años y “todo por la lucha del control del río Usumacinta y cuya guerra tuvo una duración de 26 años”.

En su relato, reconoció que a uno de los personajes se le ha identificado como “El señor de Las Flores”, que está relacionado por las inscripciones que se logran apreciar claramente; a él se le denomina Uno Ahau Hunahpu y se sabe que después de haber sido decapitado fue incinerado como una ofrenda en la inauguración de la segunda etapa decorativa de la cancha del juego de pelota.

El otro guerrero hallado, ha sido identificado como “9 Bolom”, justo la escultura que está fragmentada en más de 20 partes y es aquella a la que le falta la cabeza.

Las esculturas miden 1.5 metros de altura y se encuentran sentados, con las piernas cruzadas y las manos atadas. En vida, fueron colocados en los cuatros extremos del juego de pelota, pero sus representaciones en piedra, tuvieron el objetivo de comunicar a los antiguos habitantes de Popo -antiguo nombre de Toniná-, que se había ganado la guerra contra Palenque, Copán y Anayté.

Respecto al hecho de que las esculturas hayan sido destruidas, el arqueólogo aseguró que muy probablemente ocurrió en 1700, como parte de las reformas borbónicas que impuso el imperio español, contra países como Perú y México.

Lo que dicen las inscripciones

De acuerdo a la información recabada por el epigrafista Guillermo Bernal, se sabe ahora que en la inscripción del personaje Uno Ahau Hunahpu, se habla de la tercera creación del universo en la cosmogonía maya y de la tercera reconstrucción del juego de pelota.

El arqueólogo responsable dijo que este hallazgo es de gran importancia pues las piezas se suman a un conjunto de seis elementos decorativos hallados hace más de 20 años en la zona, entre los que se encuentran cuatro tableros y dos representaciones de cautivos de bulto.

Pero por el estado de deterioro de las piezas, no fue posible realizar más interpretaciones precisas sobre la ciudad de Toniná.

Yadeun dijo que junto con todos los demás “nos dan toda esta historia de la creación del universo, que tiene tres iconografías que están en esta cancha y en este juego de pelota”.

Y dijo que como hay un cambio fundamental, que está en la mística maya y se que repitió en la historia de Toniná, que consiste en que primero todo está dedicado a la creación del cielo, el universo, el inframundo, los señores que están peleando y como la tercera creación es por los hombres del maíz, la lucha entre ellos, es por la lucha por el cielo”.

“Después de su captura, los personajes probablemente participaron en un juego de pelota, donde fueron derrotados, luego humillados y despojados de sus ornamentos como la orejera de jade que les arrancaron; posteriormente les ataron las manos, los decapitaron y los incineraron”, señaló Yadeun.

Tonina data su fundación en el año 504 después de Cristo, pero cobró apogeo en el 580, cuando la acrópolis es recubierta de piedra e inscripciones; en 687, Yuhkno’m Wahywal “Señor de Toniná”, es tomado cautivo por el primogénito de Kinich Janaabhb’, Pakal, quien en ese entonces era el gobernante de Palenque.

Es entonces cuando se “registra un gran colapso y aquí surge una gran revolución y es cuando los habitantes destruyen el juego de pelota cósmico y lo reemplazan con las inscripciones que relatan la guerra contra Palenque”, dijo el arqueólogo.

Juan Yadeun aseguró además que la guerra entre Toniná y Palenque concluyó en el 714 y con una época de paz que perduró hasta el 781; pues a partir de ese año, se registraron guerras que “van creciendo hasta el año 840”.

Tonina cuenta con la pirámide más grande de México, que mide entre 75 y 80 metros de altura y supera a la pirámide de Cholula.