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Gallimard, cien años de un sello que cambió la historia editorial

Patricio Tapia El Mercurio GDA| El Universal
Lunes 27 de junio de 2011
Gallimard, cien aos de un sello que cambi la historia editorial

ALBERT CAMUS. El autor más popular entre los de Gallimard. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

La empresa francesa, que ha sobrevivido a las dos grandes guerras, pone la literatura y el estilo por encima de ideologías

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SANTIAGO DE CHILE. —Hay que reconocerlo: Gallimard -la editorial célebre por sus autores prestigiosos, sus descubrimientos y sus colecciones- se confunde efectivamente con la literatura francesa. Pero no sólo con ella, pues también ha sido la valedora de parte importante de la literatura extranjera de calidad en Francia.

Gallimard ha apostado por una visión de largo plazo y una confianza en la duración, lo que le ha permitido atravesar el siglo, sobrevivir a las dos Guerras Mundiales, e incluso en las situaciones más críticas y complejas, ha optado por privilegiar la literatura o el estilo antes que las ideologías, logrando que convivieran en su catálogo autores fascistas y comunistas, clásicos y surrealistas, judíos y antisemitas. Lo importante es que fueran de calidad.

Nacimiento y desarrollo

La editorial Gallimard nace como una prolongación de la Nouvelle Revue Française, también conocida como NRF , la revista fundada en 1909 bajo el impulso de André Gide y cinco amigos. La revista rápidamente alcanzará prestigio y deciden editar libros. Así lo hacen, aportando capital Gide, Schlumberger y Gaston Gallimard.

En un primer momento el nombre de Gallimard no aparece en las portadas, sino sólo la enseña de la NRF. Gallimard es un dandy, un bibliófilo y entusiasta lector, dueño de una fortuna heredada de su abuela paterna.

Los tres primeros libros de las Éditions de la NRF aparecieron en 1911: L´Otage, de Paul Claudel; Isabelle, de André Gide, y La Mère et l´enfant, de Charles-Louis Philippe.

Pronto la sociedad tendrá otras actividades y en 1913 administra el teatro du Vieux-Colombier, recién creado. Durante la Primera Guerra Mundial, Gallimard se deprime y en 1918 crea la librería Gallimard, distinta de la revista. Entonces comienza su labor como editor, uno que creará un imponente catálogo, mezcla de afinidades literarias y de amistades. Gallimad mantendrá la NRF y la publicación continuará marcando el pulso cultural francés, debido al genio de sus editores (Jacques Rivière y luego Jean Paulhan).

Como editor, será el que dejó pasar a Proust y a Céline. Estará en constante rivalidad con editoriales que van surgiendo, como Grasset y Denoël: la primera publica primero a Proust, y la segunda, a Céline. Pero Gallimard recuperará a ambos escritores. En otro momento, para atraer a André Malraux, le propone el puesto de director artístico. Y década tras década irá incorporando nuevos escritores a su catálogo: Claudel, Larbaud, Valéry, Giradoux, Martin du Gard, Benda, Drieu La Rochelle, Alain, Léautaud, Soupault, Aragon, Éluard, Albert Cohen, Paul Morand, Joseph Kessel, Henri Michaux, Simenon, Sartre, Camus, Ponge, Caillois, Le Clézio, Tournier, Modiano, Sollers, Quignard, por mencionar sólo algunos franceses.

Y sabrá también diversificar sus actividades, lanza nuevas revistas (sobre cine, policiales) , nuevas colecciones: desde la Blanche o La Pléiade hasta Folio o la menos prestigiada pero influyente serie negra.

Ocupación y posguerra

Un punto complejo en la historia de Gallimard ocurre durante la ocupación alemana, cuando se le plantea el dilema de si comportarse como una empresa cualquiera o si tiene una responsabilidad adicional. Los editores judíos (Nathan, Calmann-Lévy) son expoliados. Grasset y Denoël son acusados de “colaboracionistas”.

En Gallimard la ocupación se deja sentir en la NRF: se expulsa a Paulhan y el nuevo director es Pierre Drieu La Rochelle, un escritor fascista que se suicidará. Editores resistentes son pocos (como Éditions du Minuit), pero Gallimard, a la vez que tiene a Drieu La Rochelle, mantiene a Paulhan, quien opera activamente con la Resistencia.

Con la liberación, Gallimard no sale mal parado (comparado con Denoël, quien será misteriosamente asesinado durante su proceso).

En 1945 Gallimard lanza una nueva revista Les Temps Modernes, dirigida por Sartre y Camus, pero Malraux, continuamente atacado en la publicación, amenaza con dejar la editorial. La revista pasa a Julliard.

Hacia 1950 entra el marketing en la edición y comienzan las concentraciones y los editores glotones que fagocitan a otros (Gallimard también lo hará y se preocupará de constituir un “grupo Gallimard”) . En los años 70 se produce un problema: el hijo de Gaston, Claude Gallimard, acaba el contrato de distribución con Hachette y con eso le retira los derechos sobre libros de bolsillo. Gallimard crea su colección Folio.

Los años 80 implican el paso de una generación a otra entre los dueños y están marcados por la influencia de Françoise Verny y Philippe Sollers y más tarde, Teresa Cremisi. Continúan creándose colecciones y absorbiendo algunas editoriales (la más importante es Le Promeneur de Patrick Mauriès).

Herencias

En Gallimard. Un éditeur à l´oeuvre, el historiador del libro Alban Cerisier, resume los puntos más importantes del camino recorrido por Gallimard, aunque no todos. Es cierto que es un libro pequeño y con un afán celebratorio y gráfico. Sin embargo, informa datos interesantes como que el libro con más ventas en 100 años ha sido El principito de Saint-Exupéry (1946) con 13 millones 96 mil ejemplares. Saint-Exupéry es además el segundo autor más popular (con 26,3 millones de libros vendidos), superado sólo por Albert Camus (con 29 millones de libros). O que Gallimard ha publicado a 36 Premios Nobel, empezando por los tres últimos, y a 35 Premios Goncourt.

Al ser un libro institucional no refiere mucho de la familia. O más bien, no de los problemas más cercanos. Puede hablar de las infidelidades de Gaston Galimard, pero poco de las luchas entre parientes. Es cierto que no las hubo entre los hermanos fundadores: Gaston y Raymond. Pero sí entre sus respectivos hijos, Claude y Michel: éste morirá en el auto de Albert Camus, junto con el escritor. Claude quedará a cargo paulatinamente hasta que, a la muerte de Gaston, a los 94 años, en 1975, lo hace de manera definitiva. Pero los hijos de Claude entrarán en una lucha fratricida en 1983, nunca solucionada del todo. Antoine Gallimard, dirige la editorial desde 1988.

La historia se cuenta en la exposición Gallimard, 1911-2011: un siècle d´édition en la Biblioteca Nacional de Francia.



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