Monsiváis: El pensamiento liberal del siglo XIX, esencial

. (Foto: EL UNIVERSAL )
El escritor Carlos Monsiváis consideró fundamental revalorar el pensamiento liberal del siglo XIX, porque en este periodo, dijo, intelectuales de gran valor construyeron lo mejor de la nación y un legado de resistencia ante lo más intolerante, atrasado y rapaz de México. Al presentar su reciente libro ?Las herencias ocultas. Del pensamiento liberal del siglo XIX? (Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de América), Monsiváis comentó que ninguna ideología muere en el momento de haber sido producida. El conservadurismo, agregó, pese a haber fracasado en las guerras de Reforma y durante la Revolución, ha tenido éxito en las batallas que se libran en la actualidad. Ha tenido éxito, por ejemplo, en la santificación de la enseñanza privada, la única que provee de empleos bien remunerados; en la recuperación del espíritu de las élites a cargo del sistema de indulgencias y en las consecuencias del analfabetismo funcional. Los conservadores o reaccionarios, dijo, se empecinan en la inmovilidad, ?no les importa someter al máximo la autonomía de las mujeres, no creen en tal cosa como el libre albedrío y el ejercicio de las libertades; detestan lo diverso, porque no se les parece?. Además, continuó, ese sector se afana en el monopolio de los privilegios y todos ellos detestan el igualitarismo, es decir, ?esa pobre aproximación a la repartición democrática del ingreso?. Los fundamentalistas de hoy lo piden todo: ?exención de impuestos en el pago de las colegiaturas; abolición de la enseñanza gratuita por medio de compromisos de pago al término de la carrera; privatización de todo lo que ha significado la garantía de los recursos estatales; entrega del patrimonio de la nación a empresas?. Y del igual forma, esos mismos fundamentalistas satanizan todo proyecto comunitario; fomentan campañas de odio contra los que consideran legal el aborto en caso de violación, peligro en vida de la madre y certidumbre sobre malformación genética del producto. ?Los fundamentalistas nos descansan en su misión de, según ellos, volver al país a la época en la que la inexistencia de los derechos es equilibraba con la centiduplicación de las obligaciones. Esta es su estrategia, que la modernidad sirva para la concentración del capital y que las viejas costumbres autocráticas presidan el desarrollo de la sociedad.? ?¿Por qué ocultas??, se preguntó ante el título de la obra. ?No por un diseño ni apoyo con los conservadores que también han ocultado su propia tradición sustituyendo sin rubor a Lucas Alamán por Carlos Cuauhtémoc Sánchez; a José Donoso por tests, por los manuales de autoayuda.? Habló también de las inercias culturales que, salvo casos, tienden a nulificar el pasado ?calificándolo de aburrido y de incomprensible?. Como en todos los casos relativos a temas culturales, abundó el autor de ?Los rituales del caos?, el miedo al tedio es la ideología más poderosa. ?En este sentido, la televisión ha sido un asilo de los que huyen del bostezo y que por fuerza se ven obligados a divertirse con lo que les den para agradecer el cobijo.? Las generaciones actuales, mencionó, se han dejado de beneficiar del conocimiento biográfico de Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto, Manuel Payno, Ignacio Manuel Altamirano, Juan Bautista Morales ?El Gallo Pitagórico?, Vicente Riva Palacio, Manuel Gutiérrez Nájera, Francisco Zarco, entre otros grandes figuras del siglo XIX mexicano. ?Si existe un hilo histórico, éste es el de las figuras olvidadas y obra sin consultar. Y de cuanto se pierde quien no lee ?Memorias de mis tiempos? o los ?Bandidos de Río Frío?, de Payno; o de los poemas de Gutiérrez Nájera; o de los escritos incendiarios de Ignacio Ramírez; o las feroces y certeras diatribas anticlericales del conjunto, acotó. Cómo no apreciar, continuó, los folletines de Riva Palacio y reconocer el valor de su edición de ?México a través de los siglos?, de cuanto se pierden esas nuevas generaciones en materia de examen de otros gustos, del cultivo de la sensibilidad anacrónica, del reconocimiento de las melodías verbales y de la memorización de poemas del XIX. ?Las novias pasadas son copas vacías; en ellas pusimos un poco de amor, el néctar tomamos, huyeron los días, traer otras copas del nuevo licor. Al relegar esas herencias nos empobrecemos de una manera muy precisa. ?No registramos el valor de los cambios históricos, no apreciamos la profundidad de las transformaciones de la sensibilidad, no cotejamos nuestro gusto con los de otras generaciones, no aprovechamos la inteligencia y los dones verbales de los ya casi clandestinos ancestros. Perdemos todo esto y en política hacemos a un lado las grandes batallas de todo tipo, culturales desde luego, a favor del laicismo y la tolerancia.? Hoy, dijo, cuando la sociedad defiende el laicismo entre las conquistas irrenunciables de la nación ante los adversarios denodados, es conveniente examinar a los que le dieron forma jurídica y cultural: a los constituyentes de 1857 y liberales decimonónicos. Y concluyó: ?esos convencidos de las libertades y de su ejercicio, intelectuales, escritores, poetas, funcionarios, los donadores de las herencias ocultas son, para los mexicanos del siglo XXI, un compromiso de lectura, un encuentro y reencuentro con lo mejor de la nación y un legado de resistencia ante lo más intolerante, atrasado y rapaz de México?. La obra fue presentada por Elba Esther Gordillo, secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE); el caricaturista Rafael Barajas ?El Fisgón? y el escritor Sealtiel Alatriste. Además contó con la interpretación de canciones del siglo XIX por parte de Margie Bermejo. Gordillo, durante el acto alumbrado con algunas velas colocados alrededor del patio al que concurrieron cerca de 500 personas, comentó que a pesar de las diferencias partidistas con Monsiváis, él desde el ámbito intelectual, y ella en la política, el sindicalismo y la academia ?hemos sostenido lucha y cultivado ideas? en favor del respeto de las diferencias. ?El Fisgón?, a su vez, dedicó su ponencia ?y a ello se sumó el propio autor? a Boris Rosen y Ricardo Pérez Escamilla, por ser dos hombres que han enriquecido la cultura mexicana, el primero mediante sus bibliografías del siglo XIX, y el segundo con su iconografía y conocedor del grabado. (Notimex)





