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Para Saramago, la Biblia es un manual de malas costumbres

El Universal
Martes 03 de noviembre de 2009
Para Saramago, la Biblia es un manual de malas costumbres

POSTURA. El escritor portugués en la presentación de la novela en la que cuestiona el papel de Dios y de la religión y que ha generado una gran polémica. (Foto: EMILIO NARANJO EFE )

El escritor presentó “Caín”, una novela que ha levantado polémica por las críticas al texto del Antiguo Testamento

El escritor portugués José Saramago presentó ayer Caín, una nueva y polémica revisión sobre el contenido de la Biblia, que calificó de ser un manual de malas costumbres y aseguró que su motivación para seguir escribiendo es desasosegar.

Apenas un año después de la publicación de El viaje del elefante, Saramago, de 86 años, regresa con una obra que indaga en los orígenes más remotos del hombre, según el Antiguo Testamento.

“Hay un aborregamiento de la sociedad actual”, dijo Saramago en la presentación del libro en la Casa de América de Madrid y agregó “no escribo para agradar. Escribo para desasosegar”.

Con más de 30 mil ejemplares vendidos desde su publicación hace dos semanas en España y Portugal, Caín (Alfaguara) levantó una enorme polvareda de críticas de la iglesia católica portuguesa, muy molesta con el libro.

Saramago explicó que la jerarquía eclesiástica se ha pasado años interpretando la simbología de la Biblia, pero se ha olvidado del contenido real, que, en su opinión, muestra un Dios cruel que toma decisiones arbitrarias.

“Dios no es de fiar”, insistió el premio Nobel de Literatura. “No me interesa nada la lectura simbólica. Me interesa la letra del texto: la Biblia es un manual de malas costumbres, crueldad infinita, incestos y carnicerías”, expresó.

 

 

 

Lectura simbólica

Caín sigue la línea abierta por Saramago en 1991 con El Evangelio según Jesucristo, otra polémica novela.

En este caso, partiendo de la historia entre Caín y Abel, el escritor muestra su particular visión sobre algunos de los episodios más significativos del Antiguo Testamento: el abortado sacrificio de Isaac por Abraham, la destrucción de Sodoma y Gomorra, la batalla de Jericó o el diluvio universal, entre otros.

“Todos creen haber leído la Biblia, pero no la hemos leído. La lectura simbólica está hecha para mentir”, añadió. “La historia de la humanidad es la historia de la muerte del hombre. El hombre siempre está muriendo”.

Precisó que la lectura de Caín no está reñida con la fe de la gente, que, dijo, respeta en lo más profundo. Además, afirmó que no piensa amedrentarse ante las críticas y que, cerca de cumplir 87 años, tiene cuerda para rato.

“Mi mensaje para los lectores es que no se preocupen. No voy a desistir. Tengo poca vida para vivir. La usaré para ensanchar la acción pública de mi trabajo”, precisó el escritor.

 

 

Más de la controversia

Cuando Dios decidió quemar Sodoma porque los hombres “tenían gustos sexuales muy suyos”, pactó con Abraham que si encontraba a 10 inocentes salvaría la ciudad. Pero Dios la quemó, “no se enteró de si había 10 u 11”, ni siquiera se dio cuenta de que olvidaba a los niños, inocentes todos de ese “pecado”. Por eso, “Dios no es de fiar”, indica el escritor.

 

Han pasado sólo dos semanas desde que el 19 de octubre llegara a las librerías Caín, la nueva novela del Nobel de literatura y la polémica está servida, pues el libro levanta ampollas en su país natal, donde un eurodiputado conservador llegó incluso a pedirle que renunciara a su nacionalidad y la conferencia episcopal tampoco ha permanecido inmune ante la particular ironía de Saramago.

Curtido en estas situaciones, Saramago no pierde la calma y afirma, con voz pausada y firme, que entender Caín no es incompatible con ser creyente.

“Entiendo que una persona crea, pero que no cierre los ojos. La fe pertenece a otro dominio. Yo uso mi razón”, dijo.

Al hablar por primera vez de la novela, el autor describió la Biblia como “un manual de malas costumbres” y que en el texto sagrado del cristianismo hay “una crueldad infinita, no faltan los incestos y las carnicerías” y se pueden contar más de un millón de asesinatos.

“La historia de la humanidad es, en el fondo, la historia de la muerte”, afirmó el Nobel. El problema es que “nosotros hemos inventado a un Dios a nuestra imagen y semejanza, no al revés y por eso es tan cruel”. El hombre inventó a Dios y luego se esclavizó a su ley, afirmó.

En casi 200 páginas, Saramago propone un viaje en el tiempo de la mano del primer fraticida y según él, Dios es el verdadero “autor intelectual” del crimen.

 

El autor confesó que le sorprende el revuelo generado por Caín en Portugal y que no entiende la reacción de la Iglesia, que es “como los perros de Pavlov”, responde inmediatamente al estímulo sin ni siquiera haber leído el libro.

El escritor aseguró que tiene “cuerda para rato” y adelantó que en su próximo libro arremeterá en contra de la industria del armamento

 

 

 

 

 

Caín saldrá a la venta en América Latina a lo largo de este mes con una tirada inicial de 130 mil ejemplares.

 

 



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