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Gabo viajaba a Cuba en avión enviado por Fidel

Julio Aguilar| El Universal
Lunes 19 de octubre de 2009
Gabo viajaba a Cuba en avin enviado por Fidel

AMISTAD. El escritor colombiano Gabriel García Márquez y el líder cubano Fidel Castro conversan durante la inauguración de un evento deportivo realizado en La Habana, el 26 de noviembre de 2002. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

Los espías del gobierno mexicano aseguraban que el escritor estaba involucrado en el tráfico de armas que salía de la isla hacia Colombia, y que apoyaba la lucha comunista en AL

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SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE

“Todos tenemos una vida pública, una vida privada y una vida secreta”, es uno de los apotegmas más conocidos del autor de Cien años de soledad. En unos días comenzará a circular en México Gabriel Gacía Márquez: un mago (Debate), la traducción al español de la biografía del Premio Nobel publicada por el inglés Gerald Martin. En tal libro se conocerá un poco más sobre la vida pública y privada de Gabo, pero quedará todavía mucho por saber de la vida secreta de este genio de la literatura que encontró en la acción política una segunda vocación.

Una fuente hasta ahora inexplorada para conocer episodios de ese aspecto de su vida es el Archivo General de la Nación, que guarda los documentos generados por la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la policía política mexicana. Por sus vínculos con el régimen cubano y sus relaciones con políticos y activistas de la izquierda sobre todo de Latinoamérica, Gabo fue vigilado por la desaparecida DFS de los años 60 a los 80.

 

Sin embargo, las fichas y oficios con información específica sobre García Márquez no abundan, a diferencia de otros escritores de izquierda como José Revueltas, por ejemplo. Hay que cruzar aún muchos datos para conocer más sobre las actividades del colombiano, sobre cómo fueron procesados esos informes por la inteligencia mexicana, además de que hay que verificar la información de agentes muchas veces descuidados y, además, desinformados.

 

Incluso no es raro encontrar informes en donde el redactor confunde el nombre de la gente. Sin embargo, lo que hay ofrece sin duda interesantes pistas acerca de las inquietudes de la DFS sobre Gabo, además de que esos documentos revelan detalles de las actividades políticas del escritor, que embonan perfectamente en el contexto de otras fuentes, como la biografía escrita por Martin.

 

 

 

La petición de asilo

La solicitud de asilo político de Gabo ante el Gobierno mexicano, el 26 de marzo de 1981, es uno de los episodios más completos consignados por la DFS.

“…procedente de Bogotá, Col., en el vuelo 480 de Aeroméxico, arribó a esta ciudad el señor Gabriel García Márquez en calidad de asilado político (…) En una breve entrevista al bajar del avión (…) dijo que él había pedido en la Embajada de México en Bogotá protección para él y su familia pues él sabía de una orden de aprehensión expedida por el Ministerio Militar de ese país, pues se le conectaba con cargamento de armas”, informaron a Gobernación agentes de la DFS, de guardia en el aeropuerto de la Ciudad de México.

 

El escritor mantenía una tensa relación con el presidente colombiano Julio César Turbay.

El novelista acusaba al gobierno de su país natal de represión contra la población civil a través de militares. En aquella época, Gabo aún dirigía Habeas, una fundación internacional de derechos humanos que era mal tolerada en casi cualquier parte, incluso en México.

 

Habeas, fundada desde 1978 (un informe descuidado dice que en 1968), tenía su sede en San Borja 908, colonia Del Valle. Éste domicilio era otro de los objetivos de la vigilancia de la DFS.

Para la inteligencia mexicana, Habeas tenía como objetivos “proteger, apoyar económicamente, proporcionar asesoría legal y medios para que se desenvuelvan las personas con ideología marxista-leninista que, por su participación en grupos de guerrilleros, terroristas e ideólogos, se escudan bajo el concepto general de perseguidos políticos”. Esta información, generada en mayo de 1979, era para consumo del gobierno de López Portillo, continuador del régimen que apenas una década atrás había aplastado las protestas estudiantiles de 1968. En ese mismo oficio se consigna como patrocinadores a Julio Cortázar, Nicolás Guillén, Ernesto Cardenal y Amalia Solórzano de Cárdenas, entre otros.

 

Acusado de tener vínculos con la guerrilla del M-19 y señalado como eslabón en un contrabando de armas procedente de Cuba, según García Márquez el gobierno de Turbay preparaba su detención. Al menos eso fue lo que le dijo Gabo a la embajadora María Antonia Santos cuando llegó con su esposa Mercedes Barcha a pedir asilo político a la sede diplomática de México en Bogotá, consigna un informe de la DFS.

 

Por la cantidad de documentos generados por distintas secciones de la Dirección Federal de Seguridad a raíz de la situación, quizá desde Gobernación o desde Los Pinos se pidieron antecedentes y breves análisis sobre las actividades del novelista en México.

Hoy ya es historia conocida que a Gabriel García Márquez no se le concedió el asilo político “por no haber elementos por los que se considera que estaba siendo perseguido por autoridades militares colombianas”, dice un informe. Pero desde el momento de su salida de la embajada mexicana aquel día de 1981, se le concedió protección.

 

Incluso antes de que ganara el Nobel, está claro que para el gobierno de México García Márquez era un residente “especial”. Pero el valor literario de sus libros parece que no era la causa del reconocimiento sino, más bien, sus vínculos con intelectuales y políticos de izquierda en todo el mundo y, sobre todo, su relación con Fidel Castro.

 

 

 

El “Premio Novel de la Paz”

“El día de hoy a las 10:43 hrs. arribó al Aeropuerto Internacional Benito Juárez, procedente de La Habana, Cuba, vía Mérida, Yucatán, el avión Turbo-Jet Marca Antonov de fabricación soviética (…) Este avión fue enviado a México a recoger especialmente a Gabriel García Márquez, escritor de nacionalidad colombiana, por instrucciones personales de Fidel Castro Ruz, para que esté presente en los festejos del 1 de mayo en la Habana, Cuba”, informó el Departamento C-047 de la DFS el 30 de abril de 1980. Pero éste es sólo un ejemplo.

Aún no llegaba el Nobel, pero decididamente las cosas habían cambiado mucho desde que la familia del novelista padeciera, en los 60, algunas vicisitudes comunes a los inmigrantes latinoamericanos en México. De esto también hay registro.

 

“El 14 de diciembre de 1963 le es negado el permiso (a Rodrigo García Barcha) para internarse en México en compañía de su madre, la sra. Mercedes Barcha, el que había sido solicitado a las autoridades migratorias por su padre, el sr. G. García Márquez. Rodrigo García Barcha se interna a nuestro país en compañía de su madre el 25 de junio de 1964 por Nuevo Laredo, Tamps”, dice un informe de junio de 1981, sobre la familia.

 

Finalmente, la obtención del Nobel de Literatura modificó el tono de los informes. En marzo del 82, medio año antes de que se le concediera el reconocimiento mundial, la DFS generó este informe: “Gabriel García Márquez, escritor de nacionalidad colombiana, radicado en México, informó a Jorge Timossi, director de la agencia de noticias cubana Prensa Latina, que todos los derechos de su libro Crónica de una muerte anunciada pertenecen al gobierno de Cuba porque él se los obsequió. Lo anterior confirma que Gabriel García Márquez, además de ser procubano y soviético, es un agente de propaganda al servicio de la dirección de inteligencia de ese país”.

 

Pero en uno de los últimos documentos, de agosto del 85, sólo se consigna el arribo a México, procedente de La Habana, del escritor colombiano “Premio Novel de la Paz” (sic) “sin hacer declaración de prensa”. Gabo comenzaba un activismo más discreto y la DFS estaba por desaparecer para convertirse en el Cisen, en donde, sin duda, el escritor debe tener un gordo expediente abierto.

 

 

 

 



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