Denuncian actos de revanchismo
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El Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) es el escenario de una historia de revanchismo y malos manejos que ya traspasó las fronteras. Incluso un premio Nobel y 60 investigadores más piden al presidente Felipe Calderón que intervenga en un conflicto que muestra lo que sucede tras las bambalinas de la ciencia mexicana.
El IPICYT fue creado en 2000 como parte del Sistema de Centros Públicos del Conacyt. Su sede está en San Luis Potosí, y en él se realizan investigaciones en áreas como biología molecular, biotecnología, geociencias, materiales avanzados, matemáticas aplicadas, ciencias ambientales y nanotecnología.
El 30 de abril pasado el primer director del IPICYT, José Luis Morán López recibió una sanción de la Secretaría de la Función Pública (SFP) por nepotismo. La dependencia tardó poco más tres años en investigar el caso y determinar que el investigador quedaría inhabilitado a ejercer cualquier cargo público durante 10 años.
De 2000 a 2005, el doctor José Luis Moran dirigió el IPICYT. Durante ese tiempo fueron contratados en el instituto sus dos hijos (el maestro en ciencias José Manuel Morán y la arquitecta Cristina Morán), una sobrina (Adriana Arias) y un concuño (el arquitecto Miguel Ángel Arias), de acuerdo con documentos obtenidos a través de la Ley de Acceso a la Información.
Al dejar la dirección del Instituto, Morán López fue el coordinador académico del Centro Nacional de Supercómputo del IPICYT, desde 2006 hasta hace unas semanas.
Personal de comunicación social de la Secretaría de la Función Pública informó que el pasado 8 de julio José Luis Morán presentó una solicitud de revocación de la sanción.
La secretaría tiene ahora un plazo de 30 días para determinar si ratifica la sanción.
Además de la investigación en Función Pública, José Luis Morán tiene dos averiguaciones previas ante la Procuraduría General de la República (PGR), relacionadas con denuncias por nepotismo e irregularidades en obra pública, durante su administración al frente del IPICYT. EL UNIVERSAL buscó a José Luis Morán; pero, en oficinas que aparecen como suyas en el IPICYT, aseguraron que está en Austin, Texas.
La ciencia de las revanchas
Las irregularidades en el IPICYT fueron denunciadas desde hace años por diversos científicos, entre ellos los hermanos Humberto y Mauricio Terrones Maldonado. Una de las denuncias que realizaron los investigadores fue el retraso en la instalación de microscopios electrónicos adquiridos por el IPICYT en 2001, para ser utilizados en estudios relacionados con las nanociencias. Los aparatos costaron 1.7 millones de dólares.
Uno de los microscopios se instaló el pasado 30 de junio, el premio Nobel de Química, Harod Kroto, envió una carta al presidente Felipe Calderón, para que se investiguen las irregularidades en IPICYT. La misiva es firmada por 60 científicos.
En la carta también enviada a Conacyt y de la cual EL UNIVERSAL tiene una copia, los investigadores firmantes hacen hincapié en que se atienda el acoso laboral sufrido por el equipo de los hermanos Humberto y Mauricio Terrones Maldonado, especialistas en el área de nanotecnología.
Los investigadores internacionales señalan que el acoso laboral hacia el grupo de los hermanos Terrones “parece tener sus raíces en la reciente historia de liderazgo del IPICYT”. Y menciona el caso de José Luis Morán y del actual director del Instituto, el doctor David Ríos. Los investigadores que firman la misiva consideran que las acciones en contra de los hermanos Terrones es, en apariencia, “un acto de revanchismo”.
Por ello, solicitan al presidente Felipe Calderón integrar un grupo “sin compromiso” de científicos con impecables credenciales, para conocer a detalle lo que sucede en el IPICYT. “Si no se toma una acción rápida, los sucesos reciente en el IPICYT inflingirán un daño tremendo sobre la reputación del IPICYT, del CONACYT, así como sobre la de México”, señalan los científicos firmantes, investigadores de universidades y centros de Brasil, Finlandia, Francia, China, Japón, Estados Unidos, Inglaterra, Bélgica, Alemania, Israel, España, entre otros.
La carta fue retomada por la revista Nature. La publicación incluye una declaración del director del IPICYT, David Ríos, donde señala que los hermanos Terrones “son muy ambiciosos y el único camino para mantenerlos quietos es centrarlos. A ellos no les gusta la autoridad”. EL UNIVERSAL buscó a los hermanos Terrones. Pero, Mauricio Terrones está actualmente en Japón, donde la próxima semana recibirá un premio. Humberto Terrones no fue localizado.