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De pie, pese a la sequedad y olvido

Juan Solís| El Universal
Martes 08 de julio de 2008
La construcción, que alimentaba de agua al Distrito Federal en el siglo XX, conserva su maquinaria y estructura intactas

cultura@eluniversal.com.mx

La ciudad de México tienen una deuda muy grande con el pueblo de San Luis Tlaxialtemalco, en Xochimilco. El manantial del pueblo, llamado El Encanto, surtió 600 litros de agua por segundo a la urbe desde principios del siglo XX hasta la década de los 60.

Del manantial ya no queda más que un montón de piedras en medio de un enorme terreno. La que se conserva intacta es la Casa de Bombas, que durante décadas envió el líquido del cuatro veces centenario pueblo xochimilca a la ciudad de México.

La construcción está ubicada en los terrenos que hoy pertenecen al Centro de Educación Ambiental Acuexcómatl (tinaja de donde brota el agua), a un costado del manantial del que se surtía y frente a las ruinas de una fuente conmemorativa, que aún tiene adosados los azulejos que ostentó en mejores tiempos.

Si bien su construcción inició en la década de los 30, la casa fue terminada hasta 1943, fecha que ostenta en la parte alta de su sobria fachada.

En su interior aún conserva las enormes tuberías que extraían el líquido, a las que se baja por una escalera con barandal de bronce. Las estáticas agujas de controles y medidores, así como las enormes palancas del mecanismo, se ven intactas.

La construcción conserva su piso de mosaico, sus puertas de madera originales, así como sus ventanas, debajo de las cuales hay gabinetes secretos.

A decir del ingeniero Uriel Dueñas, director del CEA Acuexcómatl, esta Casa de Bombas es la única que se conserva íntegra de las cuatro que había en Xochimilco. Las otras tres, que también surtieron de agua a la ciudad de México, tienen otros usos.

La Casa de Bombas de Santa Cruz Acalpixca hoy es el Museo Arqueológico de Xochimilco, la de La Noria es parte del Teatro al Aire Libre Carlos Pellicer, y la de Nativitas, que estaba proyectada como sede de un Museo del Agua, no tiene un uso particular.

Todas las casas surtían de agua a un acueducto construido en 1906, que desembocaba en la Casa de Bombas de La Condesa, en Tacubaya, cuya fachada fue trasladada al Bosque de Tlalpan y hoy recibe a los visitantes de la Casa de la Cultura del lugar.

La Casa de Bombas de San Luis Tlaxialtemalco permanece cerrada normalmente, sin embargo se permite visitarla previa cita. Para los pobladores de San Luis, la casa es un vínculo con el antiguo manantial bautizado como El Encanto.

El profesor Sebastián Flores, quien es cronista de Xochimilco, conoció todas las casas de bombas. La única que aún tiene las máquinas que él vio en su juventud es la de San Luis Tlaxialtemalco.

“Está entera, aún huele a aceite. Ojalá permanezca cerrada. Estuvo un tiempo abierta al público, pero los jóvenes se metieron y ya andaban desarmando hasta el barandal de la escalera. También pintarrajearon el lugar; por eso la cerraron.

“Ahora que nos dicen ‘Xochimilco se está secando’, me dan ganas de contestar: ‘No sean malos, regresen un poco del agua que les dimos durante tantos y tantos años”, concluye Sebastián Flores.



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