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INAH guarda silencio sobre su autenticidad

Julio Aguilar| El Universal
Miércoles 25 de junio de 2008
Se desconoce la magnitud del saqueo en Cerro Manatí

cultura@eluniversal.com.mx

“¡Ah, caray! ¿Cómo está eso?” dijo el arqueólogo Ponciano Ortiz cuando EL UNIVERSAL lo contactó en Veracruz para revelarle que hay en Europa tres bustos olmecas de madera procedentes del Cerro Manatí.

En febrero de 1987 Ortiz, arqueólogo de la Universidad Veracruzana, junto con María del Carmen Rodríguez, del INAH, detuvieron el saqueo que estaba sufriendo el pantano al pie del Cerro Manatí, al sur de Veracruz.

Los lugareños entregaron a los arqueólogos diez bustos de madera que habían aparecido cuando excavaban para construir una poza. Durante los años siguientes se descubrirían otras diez figuras más in situ, todas con una antigüedad de 3 mil años.

Este periódico envió a Ortiz y Rodríguez imágenes de las tres piezas que el traficante costarricense Leonardo Patterson consignó como suyas en un catálogo publicado en 1996, para conocer su opinión sobre la autencidad de los bustos, pero los responsables del Proyecto Manatí ya no respondieron las llamadas ni mensajes por indicaciones del INAH. “Los arqueólogos remitieron las fotos a la Coordinación Nacional de Arqueología y ésta les envió las imágenes certificadas del catálogo de Patterson para que ellos hagan un informe. No podemos decir más”, comentaron en la oficina de Prensa del INAH.

En contraste, en EU la respuesta del doctor Michael Coe, de la Universidad de Yale, fue inmediata: “Sí parecen ser genuinos”, concluyó el olmequista. Tampoco fue posible conocer, por parte de los arqueólogos mexicanos, el grado de saqueo que sufrió el Cerro Manatí ni otros detalles que pudieran saber sobre la cantidad y el destino de piezas no devueltas por los lugareños. Sin embargo, otras fuentes consultadas revelaron que un número indeterminado de valiosos bustos de madera fue llevado a Coatzacoalcos y llegó a manos de coleccionistas y traficantes locales. Las mismas fuentes aseguran que, además de los bustos en Alemania, hay por lo menos dos más en colecciones de EU. Es muy probable que entre 1987 y 1990 Patterson, o un intermediario, adquiriera los bustos a un precio bajo en Coatzacoalcos y no en el mercado internacional, en donde habría pagado entre 200 mil y 500 mil dólares, de acuerdo con el grado de conservación y la calidad del busto.



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