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Fundación O. Paz, la crónica del naufragio

Yanet Aguilar Sosa| El Universal
Viernes 18 de abril de 2008

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Pensada como un monumento al poeta, de ella hoy sólo quedan ruinas

yanet.aguilar@eluniversal.com.mx

“Hace tiempo que México debía a Octavio Paz un monumento como éste”, con esta frase el ex presidente Ernesto Zedillo se refería a la Fundación Octavio Paz, misma que fracasó porque el gobierno mexicano la dotó de una sede, pero no le compró los archivos a Marie Jo Paz, viuda del poeta.

La asociación civil, inaugurada el 17 de diciembre de 1997, que tenía como misión difundir el pensamiento y obra del Nobel de Literatura, así como promover la cultura en general, murió joven porque el gobierno de Zedillo la dotó de un caserón, no de un contenido.

Esa falta provocó en poco tiempo las desavenencias entre el director de la fundación, Guillermo Sheridan —designado por Octavio Paz— y la viuda del poeta Marie Jo Paz, quien reclamaba que la fundación le pagara a ella como heredera universal, por todos los fragmentos de poemas y textos de Paz que subieran a la página de internet.

En 2001 Sheridan renunció a la dirección de un espacio que había organizado algunas actividades literarias abiertas al público, desarrolló la página de internet, otorgó una beca para poesía y otra más para ensayo, y editó tres anuarios.

La Fundación Octavio Paz comenzó a naufragar a pesar de que se constituyó junto con un patronato conformado por empresarios, artistas e intelectuales, de que el Nobel había dejado estipulado su funcionamiento y de que él hubiera asistido a la inauguración pocos meses después de su salida del hospital, donde estuvo a causa de un cáncer.

Zedillo dijo que con la fundación, el gobierno de la República y la sociedad mexicana “manifiestan la importancia que le confieren a la obra del poeta”. Pero, nunca se cumplieron a cabalidad los objetivos de realizar investigación literaria, estudios de literatura mexicana e hispanoamericana y la preservación y enriquecimiento de la biblioteca y archivos de Octavio Paz.

En lo que hubo constancia, por lo menos hasta 2003, fue en la entrega del Premio Internacional de Poesía y Ensayo Octavio Paz.

Sin embargo, hoy nada queda de la Fundación Octavio Paz; incluso el recinto que la albergaba, la casa de Alvarado ubicada en Francisco Sosa 383, en el Barrio de Santa Catarina, Coyoacán, en la actualidad es la sede de la Fonoteca Nacional, que aún no abre sus puertas al público.



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