Abren arca de Noé para semillas en el Ártico
LONGYEARBYEN (DPA).— En la isla Spitsbergen del archipiélago noruego de Svalbard, a unos 800 kilómetros del Polo Norte, se abrió ayer al público una instalación similar a un “arca de Noé” que protegerá de desastres naturales a semillas de millones de especies, uno de los recursos más valiosos de la humanidad. A partir de ahora se reunirán allí semillas de más de 4 millones de cultivos como el arroz, el maíz, las judías y las papas. Con esta “reserva congelada” las personas podrán volver a sembrar en caso de posibles catástrofes causadas por alteraciones del clima, guerras, epidemias y otros problemas. El presidente de la Comisión Europea, José Durão Manuel Barroso, que viajó desde Bruselas al frío polar, dijo que esta instalación es “un jardín del Edén congelado”. La premio Nobel de la Paz y defensora del medio ambiente, Wangari Maathai de Kenia, trasladó junto al presidente de Noruega, Jens Stoltenberg, el primer cajón con semillas a uno de los tres pabellones de almacenamiento en un macizo cerca de la ciudad polar Longyearbyen. “Es fantástico que podamos contribuir a asegurar para el futuro el quizá más importante tesoro de la Humanidad, las plantas”, señaló Stoltenberg en la inauguración. Por alrededor de 6.3 millones de euros, el gobierno de Oslo hizo perforar en una montaña permanentemente enfriada por heladas, tres pabellones y un acceso. Sistemas de enfriamiento adicionales mantienen la temperatura en -18 grados. En caso de que fallen, a causa de la capa de hielo natural en la piedra, la temperatura sigue siendo tan baja que la colección de semillas no se descongela. Se enviarán muestras de semillas de todos los países, para que el “banco genético” siga funcionando todo el tiempo. El depósito está ubicado a 130 metros de altura, para que incluso en caso de inundaciones de dimensiones apenas imaginables no se registren daños. La instalación es vigilada por detectores de movimientos y cámaras de video desde el vecino aeropuerto de Longyearbyen. Sin embargo, la preocupación de los expertos no son los terroristas ni las catástrofes. Los cultivos desaparecen cada vez más por desidia o porque los cultivadores no cuentan con medios para mantenerlos. Así, en Asia se perdieron en los últimos años 70 mil tipos de arroz. Desde ayer, los científicos que se ocupan de la preservación de especies pueden enviar sus propias colecciones de semillas a Spitsbergen.