Huapango, una tradición en agonía
cultura@eluniversal.com.mx JALPAN DE SERRA, Qro. Son muchos años los que ha dedicado Perfecto López a la enseñanza y práctica del huapango arribeño y por eso sabe que la única forma de ser músico tradicional es, paradójicamente, involucrando otros ritmos a sus presentaciones. Acepta que para sobrevivir, es necesario sacrificar la tradición, porque a fuerza uno tiene que combinarla con otras cosas para tener chamba
el puro huapango pues sí lo baila la gente un ratito y a lo mejor lo va a ocupar una hora, pero si le toca variado lo pueden ocupar dos o tres horas y así le cae un centavito más a la bolsa para seguir adelante. Originario de la comunidad de Valle Verde del municipio queretano de Jalpan, Perfecto López, integrante del trío huapanguero Tradición Serrana, está convencido de que si le revuelve uno algún bolero, alguna cancioncita, alguna polka, tiene mayores posibilidades de ser contratado y en términos prácticos, vivir de la música. Pero una cosa muy importante es no perder los cimientos, de dónde viene la tradición y lo que es el respeto a ella, refiere. Si a esto se agrega aspectos como la presencia del narcotráfico en algunas de las comunidades del país, la pérdida paulatina de los espacios festivos en donde se podía convivir con músicos, bailadores y versadores; o la estandarización de las formas de tocar la música tradicional, se puede entender el problema que tienen enfrente los artistas populares. ¿Es posible vivir de la música tradicional? Es muy riesgoso, porque ahorita hay muchos músicos por dondequiera, que tocan el violín, la guitarra y la jarana. Ese es el problema, que unos músicos le han quitado el valor al huapango, porque utilizan el violín, la jarana y la huapanguera para tocar cumbias u otro tipo de música, responde Perfecto López. Marcos Salazar Espinoza, ejecutor del violín desde los ocho años de edad y nativo de Tepezintla, Veracruz, coincide con esta apreciación, al igual que el promotor cultural colimense, Carlos Escalera y que José Alberto Barrera Próspero, proveniente de la zona Purhépecha. Unos 80 artistas, promotores e instructores de música tradicional, analizaron la situación que vive el músico tradicional pero también las propuestas de enseñanza para la formación de nuevas generaciones de intérpretes y creadores de la música tradicional mexicana. Ellos participaron en el Tercer Encuentro Musical de las Regiones Culturales de México Son Raíz, con sede en la casa de la cultura de Jalpan de Serra en Querétaro. Semillero de niños huapangueros Perfecto López afirma que el primer paso para formar a las nuevas generaciones de músicos tradicionales es saber cómo familiarizarse con los niños y descubrir que ya tengan la chispita de la música, sobre todo que sean hijos, nietos o bisnietos de músicos, y entonces ellos ya lo traen. Entonces hay que entrarle al terreno de la búsqueda de los nuevos valores de los niños. En su tierra, la comunidad de Valle Verde del municipio de Jalpan, Perfecto López ha logrado conformar varios tríos de música huasteca, integrados por niños. El primer trío de niños que formó fue Sierra Huasteca, quienes incluso ya tienen una grabación profesional. Ahorita ya está Corazón de la Sierra que son niños de 11, 12, 13 años y ellos apenas van entrándole a este ambiente; el trío de niñas Identidad Queretana, además de los tríos Quintento Palacios y Máximo y sus Huapangueros, también de niños. Perfecto López, quien es reconocido como el principal formador de niños músicos tradicionales en el país, deja sentada una clave para preservar esta expresión artística: conjugar el juego con la música. A veces es necesario compartir con ellos también, un ratito, algún juego para irse familiarizando y que ellos vayan logrando la confianza y de ese modo poderlos ir metiendo a la tradición, al arte musical. La formación de las nuevas generaciones y la revoltura del huapango con otros rítmos es, por ahora, la alternativa de sobrevivencia. Si nos enfocamos a lo que es la tradición, va a haber gente que se interese porque le gusta el huapango, lo tradicional, lo regional. Por ahí es donde entra uno a la búsqueda de más o menos vivir de la música. No al cien por ciento pero sí buscar algunas vías por donde encontrar algún recurso, refiere el huapanguero queretano.





