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El vampiro revive entre los jóvenes

Yanet Aguilar Sosa| El Universal
Domingo 19 de agosto de 2007
La obra de teatro El hombre que fue Drácula pinta un retrato íntimo del escritor Bram Stoker, al tiempo que reflexiona sobre el deseo de inmortalidad actual

No es en un lugar de los Cárpatos donde se desarrolla la historia y tampoco está el equipo internacional de cazadores de vampiros que acabó con la inmortalidad de El Príncipe de las Tinieblas: la puesta en escena El hombre que fue Drácula, escrita por Roberto Coria y dirigida por Eduardo Ruiz Saviñón, es una mirada detrás del espejo a la historia del mítico vampiro, ser fundamental del imaginario y la literatura.

Obra de culto para lectores de todo el mundo, Drácula es una de las novelas más inquietantes del siglo XIX y una alegoría oscura donde se funden realidad y ficción. Un libro que ha rebasado la etiqueta de novela de terror para convertirse en clásico universal.

Su espíritu rebelde y el erotismo que representa convierten a Drácula en un atractivo para las nuevas generaciones.

El montaje se estrenará el próximo 23 de agosto en el foro Juan Ruiz de Alarcón del CCU y tiene edición literaria de Vicente Quirarte. Se trata del relato probable de cómo Bram Stoker concibió la que fue su obra cumbre.

Con la puesta en escena se brinda un homenaje al escritor, al tiempo que se recrea parte de su vida, pues si algo han arrojado las investigaciones, es que la narración, que fue publicada por vez primera en 1897, es una novela autobiográfica, en la que Stoker retrató a su propio vampiro, el actor Henrik Irving, quien lo tiranizaba y casi se apropio de su existencia. De ahí que la pieza transcurra en un teatro, a dos escenas, entre la vida real del escritor y la fantasía que plasmó en una novela que explora la inmortalidad.

“A mí no me interesa ser inmortal, estoy más del lado de Van Helsing, me interesa estudiarlo como símbolo —explica Quirarte—. Pero sé que a los jóvenes les resulta muy atractivo (Drácula) porque precisamente persiguen la inmortalidad, pero tal y como están; un joven quiere seguir siendo joven. Un gran estudioso de los vampiros, un sicoanalista de apellido Riccart, ha recibido cartas de jóvenes enfermos de sida que le dicen: ‘si usted sabe cómo convertirse en vampiro, dígame, porque estoy muy joven y no estoy listo para morir’. Eso nos confirma que hay gente que cree que realmente esa es la solución ante la vida.”

Para Roberto Coria, el vampiro es de gran atractivo para el público por sus connotaciones: “Es un ser evidentemente erotizado, resume nuestras pesadillas y aspiraciones. Todos hemos soñado con la idea de la existencia eterna. El Príncipe de las Tinieblas es un transgresor natural, no obedece ninguna de las leyes del hombre y eso lo mantiene atractivo y vigente para nuestras generaciones”.

Lo ha dicho Stephen King: “Hannibal Lecter es el conde Drácula de nuestra era, el de los celulares y las computadoras”. Es uno de los seres más atractivos para los apasionados por las criaturas de la oscuridad, que se emparenta a los hombres lobos, los licántropos y forma parte de los seres que sufren la transformación de hombre en animales.

Ruiz Saviñón, director y quien estuvo a cargo de la versión escénica, celebra al personaje por su vigencia, y aunque se trata de una novela escrita a finales del siglo XIX, es actual porque es un ser rebelde y transgresor que no acepta ley alguna y siempre está cuestionando el poder, así fue en su tiempo, cuando criticó a la sociedad victoriana, y lo es ahora ante los políticos y hombres poderosos.

En el montaje El hombre que fue Drácula hay un homenaje al autor de la novela que se ha convertido en clásico, junto a Don Quijote de Cervantes y Moby Dick de Melville, pero también representa para Roberto Coria, Vicente Quirarte y Eduardo Ruiz Saviñón, un interés por continuar con el espíritu de otros trabajos anteriores de teatro gótico, donde esa tercia de creadores ha tratado de examinar las vidas de personajes que forman parte del imaginario colectivo y son tan notables en la historia y en la mitología.

Eduardo Ruiz Saviñón asegura que esos personajes han trascendido la propia existencia de sus creadores, por ejemplo, respecto de Mary Shelley todo mundo conoce más a la criatura (Frankenstein) que a la mujer que le dio vida. Por eso escribieron y montaron hace años la obra de teatro Retrato de la joven monstruo; hicieron lo mismo con la puesta en escena Yo es otro, en la que trataron de hacer la biografía de Stevenson (autor, entre otros libros, de El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde) y los contenidos que no están explícitamente en la novela.

En la obra de teatro El hombre que fue Drácula, que cuenta con las actuaciones de Nicolás Núñez, Eduardo Bon, Elena del Haro, Priscilla Pomeroy, Guillermo Henry y Antonio Monroi, no se cuenta de manera literal la historia de Drácula, se conoce el detrás del espejo, es decir, los antecedentes, las circunstancias y los aspectos que llevaron a Stoker, escritor irlandés de la época victoriana, a crear un relato canónico de la literatura.



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