El Mercado de la Bola, tradición cultural

. (Foto: EL UNIVERSAL )
La transformación de un antiguo tianguis en lo que hoy se conoce como Mercado de la Bola, llamado también Ajusco Montserrat, es narrada pictóricamente por Abel Benítez, quien ha plasmado en un enorme muro la relación que desde hace varios años sostiene la comunidad con los locatarios de este espacio comercial. Y es que para sorpresa de muchos, se trata de un mercado, quizá el único en la ciudad de México y en el país, que organiza actividades culturales promovidas por los propios vendedores, en un afán por darle otro perfil a este espacio ubicado en las calles Ixtloxochitl y Totonacas de la colonia Ajusco, en la delegación Coyoacán. Enrique Villavicencio Alvarado es uno de los participantes pioneros en este proyecto que dada su aceptación entre los vecinos de este lugar, se pretende expandir a otros mercados similares de diversos puntos de la ciudad. El mural de Abel Benítez, que cubre un muro de 10 metros de largo por 12 de ancho, fue inaugurado junto con una exposición de fotografías de Héctor Chaine, cuyo espacio fue cedido gentilmente por los locatarios, quienes también proporcionaron a los artistas los materiales para su obra y ellos desarrollaron su trabajo sin mediar pago alguno. A decir de Villavicencio Alvarado, la idea es que tanto comerciantes como artistas reciban un beneficio mutuo a partir de esta relación, que tiene como finalidad atraer mayor cantidad de gente. ?El Mercado de la Bola ha sentado un precedente como un espacio que busca tener una proyección cultural, más allá de su finalidad comercial.? De ahí que se presenten diversas actividades como conferencias, exposiciones, espectáculos de danza folclórica y trabajos de graffiti en los que participan los jóvenes de las colonias circunvecinas. Por su parte, Abel Benítez consideró de gran importancia la realización de este tipo de actividades en ámbitos inusuales para la difusión cultural, ya que es una manera de atraer a la gente hacia la creación artística. Añadió que la respuesta de la comunidad ha sido muy favorable, por lo que se prevé continuar con este tipo de acciones. En el caso del mural, que narra la evolución del tianguis al mercado que hoy conocemos, señaló que su idea fue poner énfasis en la antigua tradición de lo que también se conoce como mercado sobre ruedas. ?Los mercados forman parte sustancial de nuestra cultura, por su antigüedad y el sentido artístico con que los vendedores ofrecen sus productos. Me interesó desarrollar este tema en un mural de grandes dimensiones, en el que me tardé un año aproximadamente en su realización.? En la obra donde resalta su colorido, se observan personajes vinculados a esta actividad y una serie de elementos que van desde las tradicionales verduras y frutas, hasta los billetes de uno o dos pesos, o incluso un altar de la Virgen de Guadalupe, además de pequeñas viviendas que ocuparon esta zona hace varios años. Comentó que el antiguo tianguis todavía persiste, el cual se ubica cada domingo en esta zona y se ha convertido en el más grande del Distrito Federal, ya que alcanza una extensión de tres o cuatro kilómetros. El profesor Enrique Villavicencio Alvarado, quien ofreció hace algunos meses una charla sobre el tema de la drogadicción, apuntó que el Mercado de la Bola tiene más de un año con este programa cultural, que ha despertado la curiosidad incluso de quienes no son vecinos de la zona, sino que están un poco más alejados de este lugar. De ahí la idea de extenderlo a otras demarcaciones.





