Hay que caminar sin miedo por las calles de Tepito. Introducirse en sus recovecos como la Rinconada, el callejón de Tenochtitlán, Peñón, Venustiano Carranza. Comer en los tacos "del toro", en los "quesocarnes" del mercado 14 o en las migas de La Güera. Entrar en el deportivo Maracaná a jugar una "cascarita" o al gimnasio en donde entrenan los niños y jóvenes que aspiran a ser boxeadores profesionales, o que simplemente quieren aprender a meter las manos para cuando algún gandalla se quiera pasar de listo.

Conocer a los gritones del tianguis, alburear con los zapateros remendones que todavía existen en el mercado 23, recorrer las pocas vecindades de doble salida que aún quedan, cruzar la avenida del Trabajo y entrar en la mítica Casa Blanca; seguir de frente hasta el famoso frontón Las Águilas, en donde en cada golpe a la pelota se juegan miles de pesos. Luego visitar el templo a la Santa Muerte de doña Queta y terminar en la iglesia de San Francisco de Asís para explicarle a El Jefe por qué también necesitamos de la protección de La Huesuda.

Sólo después de hacer de todo esto alguien podría decir que ha entrado en las entrañas de Tepito, como el fotógrafo mexicano Francisco Mata Rosas (ciudad de México, 1958), quien durante casi año y medio retrató a las diferentes tribus que habitan este lugar y que ahora las presenta en la exposición Tepito ¡Bravo el barrio!, la cual será inaugurada hoy, a las 12 horas, en la Galería José María Velasco.

A lo largo de su trayectoria, el trabajo de Mata Rosas se ha caracterizado por su interés en la urbe capitalina, así que, en cuanto las autoridades de la galería le propusieron exhibir las imágenes que ha captado a través de los años, él pidió apoyo para realizar un proyecto que vinculara más a los tepiteños con ese espacio cultural ubicado en la calle de Peralvillo 50, en la colonia Morelos.

"Se me ocurrió que la mejor manera era fotografiar a los tepiteños, a los personajes, a la gente del barrio para mostrar esta diversidad y esta característica tan peculiar de los tepiteños, que sí son gente que tiene un orgullo tan especial, que tienen una forma de ser tan particular que sí creo que se diferencian de la gente de otras zonas de la ciudad de México."

Como cualquier otro tianguista, durante varios días Francisco Mata llegó al barrio para hacer lo que todo tepiteño bien nacido: apropiarse del espacio público. Entonces instaló un puesto, con tubular y lonas, pero no ofrecía mercancía importada, sino sólo retratar a quienes le parecía que portaban ese aire del que es de Tepito. Además, lo complementó fotografiando esas calles, esas esquinas, esos oficios recién creados o en extinción, en resumen, a todo lo que en el resto de la república se denomina como "lo típico chilango".

Retrató a más de 600 personas (aunque en la exposición sólo mostrará 90 imágenes) entre las que se encuentran desde los personajes ya muy conocidos como El Tirantes, El Púas y doña Queta, pero también las amas de casa, los vendedores, los chavos de la calle, pintores fundadores del movimiento Tepito Arte Acá, luchadores, futbolistas, estudiantes.

"El único requisito era que me dieran su nombre, su actividad y su edad, pero algunos decían que no podían dar su nombre porque los estaba buscando la ley, así que lo inventaron. En cuanto a las profesiones, me encontré desde el que dijo que se dedicaba a robar maletas, a vivir, otro decía que era luchador social, abogados, comerciantes, pintores, escritores, músicos.

"Todo el tiempo que hablé con ellos me di cuenta de que son gente muy echada para adelante, sin tiempo para la conmiseración, sino pensando en que hay que partirse la madre todos los días. Además, todos son muy presumidos: son los que mejor bailan, los que mejor juegan, los que mejor venden. Tienen un ego muy grandote, y eso me gustó mucho.

"Tepito es un barrio no sólo fundamental, sino fundacional del mito de la ciudad de México. Yo creo que cuando se habla de las características positivas y negativas que tenemos los chilangos -a los ojos del resto de la República-, en gran medida están construidas por la gente de Tepito, este gusto por el desmadre, por la música, por la necesidad de la transa, de reciclar, por el comercio. Por eso la idea de mover el calificativo de ´el barrio bravo´ como algo hostil, a ´¡bravo, el barrio!´, como un homenaje, un reconocimiento a esta fabulosa zona del Distrito Federal".

Tepito ¡Bravo el barrio! permanecerá en exhibición en la Galería José María Velasco hasta el 11 de febrero de 2007, de martes a domingo, en un horario de 9 a 17 horas.

Además, del 6 de diciembre al 2 de enero, la muestra estará en las vitrinas del Metro en las estaciones Guerrero y Zócalo, y del 1 de febrero al 4 de abril en la estación Auditorio Nacional.