A casi un año de haber asumido la dirección del Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY), el maestro Jesús Ricardo Fuentes anunció finalmente la entrega de una presupuesto superior a los 5 millones de pesos que se destinarán a la remodelación de dicha institución, mientras se espera la autorización de 2 millones más aproximadamente para la adquisición de equipo e instrumentos.

Dependiente del Instituto de Cultura de la Ciudad de México, el CCOY no ha recibido el mantenimiento necesario desde hace varios años, lo que ha generado un deterioro severo de sus instalaciones, aulas, equipo, mobiliario e instrumentos, que requieren más de 7 millones de pesos para su rehabilitación, según el diagnóstico realizado en agosto del año pasado por el maestro Fuentes, al poco tiempo de recibir el nombramiento como director de la institución, fundada hace 19 años por el extinto Fondo Nacional para Actividades Sociales (Fonapas).

A partir de la última semana de julio comenzará la primera etapa de remodelación del centro cultural, que contempla impermeabilización de azoteas, reparación de baños y plafones a punto de venirse abajo, la eliminación de goteras, la creación de sanitarios y rampas especiales para personas discapacitadas, cambios de la instalación eléctrica y arreglo o sustitución del aire acondicionado, lo que significa dejar en condiciones de seguridad el edificio de 14 mil metros cuadrados, en el que estudian y laboran diariamente cerca de mil 200 personas.

A decir del titular del CCOY, muchas instalaciones de las que no se pueden ver a simple vista fueron dejadas inconclusas. ?Así se entregó el edificio y así ha funcionado, como sucede con la red contra incendios, que es pura escenografía, porque no está conectada debido a la falta de piezas y porque no tiene bomba. Y algunos sistemas eléctricos, hidráulicos o mecánicos dejados a medias pero con piezas buenas, ahora ya no sirven por tantos años de abandono. Eso pone en riesgo a la gente que trabaja o visita el inmueble?.

En un recorrido por las instalaciones, el maestro explicó que las aulas donde ensayan los alumnos se encuentran en pésimas condiciones, ya que los muros y plafones se encuentran afectados y el aire acondicionado no funciona, lo que implica trabajar en condiciones totalmente desfavorables y poner en riesgo su vida, ya que las paredes están cubiertas de material inflamable y los extintores no funcionan.

Desde la entrada a la Escuela de Iniciación a la Música y la Danza se observan los deterioros en los plafones y la ausencia de instalaciones adecuadas, por lo que constituye el plantel al que se le destinarán mayores recursos para su remodelación.

Jesús Ricardo Fuentes añadió que la segunda fase de rehabilitación, a iniciarse en septiembre, contempla la finalización de algunos detalles de mantenimiento e impermeabilización, en tanto que la tercera fase se refiere al proyecto arquitectónico en el que se creará un auditorio para la Escuela de Iniciación a la Música y la Danza, el cambio de fachada del centro cultural, la restauración del faldón de aluminio y de la marquesina, la colocación de rampas y señalizaciones, la dotación de un nuevo sistema de iluminación, la construcción de un salón de ensayos para las orquestas, una cafetería, una biblioteca, un cine club y acabados en general para el inmueble, ubicado en Periférico Sur 5141, colonia Isidro Fabela.

En relación con la librería y el restaurante La Scala, el director del CCOY expresó que una vez que se pongan en orden los papeles de estos establecimientos, el llamado Comité de Patrimonio Inmobiliario, instancia del gobierno federal y de la ciudad de México, que tiene la facultad para otorgar el uso del inmueble, podrá ofrecerlas en arrendamiento a las empresas que lo soliciten mediante concurso.

Sin embargo, después del recorrido que Alejandro Aura, director del Instituto de Cultura de la Ciudad de México (ICCM) y los representantes de este comité realicen por las instalaciones del centro cultural dentro de tres semanas, determinarán si el mismo instituto se podría encargar de la rehabilitación de estos espacios y hacer uso de ellos.

Lo mismo sucederá con los salones que actualmente se rentan a la empresa Harmon Hall y a compañías de danza particulares, pues la directiva del centro ha pedido al comité la revocación del permiso que se les otorgó desde hace varios años.

En relación con la disputa legal que el centro cultural sostiene con las asociaciones civiles llamadas Conjunto Cultural Ollin Yoliztli y Orquesta Juvenil Mexicana, apuntó que esta problemática se deriva del ?vago control y manejo? de los bienes en resguardo de la Ollin.

?La anterior regencia del Distrito Federal entregó el inmueble al Instituto Nacional de Bellas Artes y éste lo transfirió al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que a su vez estableció un comodato con las asociaciones civiles pero nunca hubo papeles legales de por medio. Cuando el gobierno de la ciudad de México reclamó este centro cultural, el Conaculta lo devolvió pero sin entregarnos un inventario de lo que resguardaba. Ahora las asociaciones civiles reclaman los bienes como suyos pero hay muchas cosas que se adquirieron antes del convenio de comodato, por lo que carecen de las facturas completas.?

Indicó que esa es la razón por la que no se ha podido firmar un convenio de comodato con las asociaciones. Sin embargo, considera que no es un problema insalvable y que mediante el diálogo se podrá llegar a alguna solución.