QUERÉTARO, Qro.- Si una figura histórica debiera de reivindicarse como precursor de la Independencia de México, esa sería la de Miguel Domínguez, Corregidor de Querétaro, quien desde el año de 1765 participó en reuniones y acciones en favor de la libertad del país.

El investigador e historiador queretano, Modesto Cervantes Sixtos, especialista en el periodo independentista mexicano, asegura que ya se cuenta con evidencias documentales para demostrar la relevante participación del entonces Corregidor, en la revolución de 1810.

En contraparte, Cervantes Sixtos sostiene que Miguel Hidalgo y Costilla se sumó tardíamente a la conspiración, pues fue precisamente hasta el año de 1810 cuando se unió al movimiento e incluso asegura que más que ser un cabecilla, seguía los lineamientos que los conspiradores de Querétaro le marcaban.

"Hablamos del Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla. Hay evidencias de que fue utilizado por los verdaderos conspiradores (pues) en realidad él no estaba metido. Él aparece en el movimiento de 1810, pero las conspiraciones en México comenzaron en 1765".

En sus investigaciones documentales, Modesto Cervantes rescató una carta, fechada el 31 de agosto de 1810, que envía Ignacio Allende a Miguel Hidalgo, en la que le instruye a que se griten vivas al rey Fernando VII de España al momento de iniciar el movimiento independentista.

La madrugada del 16 de septiembre, Miguel Hidalgo gritó vivas a México, a la Virgen de Guadalupe y, por supuesto, al rey Fernando VII.

Hidalgo y Costilla, puntualiza el investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro, prácticamente no asistía a las reuniones de los conspiradores de Querétaro, en donde se tomaban las decisiones de la insurrección, y en las que Miguel Domínguez regularmente planteaba propuestas de acciones.

Miguel Domínguez aparece en la escena vinculado a procesos independentistas desde 1785; esto es, 25 años antes del grito, tiempo durante el cual sus acciones y aportes fueron fundamentales para la independencia de México, mientras que Miguel Hidalgo se encontraba enfrentando un proceso individual, desde el año de 1802, ante la Inquisición, acusado de apostasía.

"Evidentemente que Hidalgo era un individuo de ideas liberales que criticaba severamente a la educación eclesiástica, pero en términos de participación en las movilizaciones por la independencia, simplemente no hay evidencia", sostiene Cervantes.

Y mientras Hidalgo libraba su "batalla individual", Miguel Domínguez se pronunciaba públicamente, en 1801, en contra del trato recibido por los trabajadores en los obrajes; y en 1804, lo hacía en contra de una medida adoptada por la corona española que afectaba a quienes vivían en la Nueva España.

Esta posición le cuesta la destitución del puesto de Corregidor. Cuatro años después, en 1808 es procesado junto con Pedro Septién y con Bárcena por abrazar la causa de la independencia del país.

Miguel Domínguez recupera rápidamente el cargo de Corregidor de Querétaro, gracias a la petición popular que llega a oídos del rey de España, y a la que se suman los intelectuales mexicanos, que demandan su reinstalación.

El Corregidor de Querétaro era miembro del Real Colegio de Abogados de la ciudad de México, el órgano intelectual y académico más relevante de la época.

Modesto Cervantes también recuerda que Miguel Domínguez ingresó en 1785 al referido colegio de abogados.

"Ese año existen cartas de personajes criollos poderosos económicamente, que le piden al rey de Inglaterra apoyo para liberarse de España, le piden armas; entre los que firman estos documentos se encuentran integrantes del Real Colegio de Abogados. Y precisamente el año en que Miguel Domínguez se incorpora como socio de dicho colegio es 1785.

Para el investigador queretano, la historia es muy clara: "Miguel Hidalgo de alguna manera era solamente la cara pública de la conspiración y quizá incluso así lo asumía, mientras que Miguel Domínguez fue, sin lugar a dudas, el ´motor´ de la lucha de 1810".