El compositor Enrico Chapela comenta que más de un director de orquesta no le ha querido dirigir su pieza porque es naca. "Pero como diría Botellita de Jerez, lo naco es chido. Mi idea es demostrar que uno puede elegir cualquier disparate como tema y la pieza resultará interesante, siempre y cuando estés comprometido con la calidad."

-¿Te diviertes?

-Claro que sí. El 80% o 90% del tiempo te la pasas en la talacha, picando piedra, pero es muy divertido. Por ejemplo en Ínguesu, cuando sale la tarjeta, el trombón dice ta-ta ta-ta-ta (hace el sonido de la mentada con acento chilango). Cuando lo oí, me reí mucho.

La orquestación la hice para que no sonara grotesca. Y funcionó. Hay quien me acusa de vulgar, pero un extranjero no oye mentadas de madre, oye notas. La pieza ha tenido éxito en otros países. Acaba de ganar un concurso de la Universidad de Cincinnati para menores de 35 al que entraron 125 compositores. Gané el primer premio. Quizá porque no saben lo naca que es. Se tocó en Nueva York en noviembre de 2004 y tuvo éxito.

-Tus obras, a diferencia de las de otros compositores jóvenes, se estrenan, se graban y se vuelven a tocar...

-El que los temas sean diferentes ayuda, pero es un porcentaje mínimo. Si mis obras se graban se debe a que soy muy necio y, francamente muy trabajador. Trabajo a costa de no tener novia durante muchos años, de no salir de reventón. Si grabé este disco es porque me endeudé para poner 100 mil pesos y contratar uno por uno a todos los músicos. En seis meses edité mi pieza. Yo le preguntaría a otros compositores: ¿qué hacen por su música? ¿Esperan que el Estado haga todo por ellos?

-¿Se puede vivir de esto?

-Si te quedas con lo que ofrece México, es muy difícil. Pero si abres el espectro, claro que se puede. En internet están las convocatorias más importantes del mundo. Hay una página que se llama Composition Today, en la que pagas 20 euros al año y tienes todas las convocatorias. Vivo de dar clases y de lo que gano en los concursos.

-¿Requieres de algo específico para poder trabajar?

-Me tomo dos cafeteras diarias. Y a veces un churrito.

-¿En qué trabajas actualmente?

-Lo que gané en el concurso fue una comisión. En la Universidad de Cincinnati me pagaron para hacer un concierto para percusión que voy a estrenar el año entrante. Tomé el poema El Cuervo, de Edgar Allan Poe, y lo pasé al alfabeto fonético internacional. A cada signo que representa una vocal le asigné una nota. Se va a llamar Encripted poetry porque codifiqué o encripté la poesía a través de la música.

-En México hay una tendencia a ver con desconfianza todo aquello que rompe con lo establecido ¿Cómo le ha ido a tus obras?

-De toda mi obra, Ínguesu ha recibido el rechazo de un par de directores. Quizá pensaron que no valía la pena y yo tengo la esperanza de que se equivoquen. Ese par de directores son medio princesas y la estética que festeja la vulgaridad les parece hostil. Es un problema particular. En sentido amplio, no me puedo quejar.

Experimento sonoro

Irreverente, como el autor de cada una de las tres piezas que lo integran, así es el disco Antagónico, que el joven compositor Enrico Chapela presenta en coedición con el CIEM, Consecuencias y el Fonca.

Antagónico , que sale al mercado en estos primeros días de junio, reúne tres de las piezas más representativas de Chapela: Lo nato es neto , La mengambrea e Ínguesu , ésta última, ganadora del segundo Concurso Internacional de Composición Alexander Zemlinsky .

"Hicimos una grabación de 110 canales. Teníamos que hacerlos sonar como si hubieran tocado juntos. Me llevó seis meses de mi vida en la sala de edición, con la virtud de que no hay una sola equivocada. La ejecución es de ensueño. Es un dream team llamado Orquesta Sinfónica Virtual Silvestre Revueltas".