Según expertos del Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional, de Estados Unidos, la preocupación mostrada por algunos pobladores de zonas urbanas, en relación con los vapores contaminantes que pueden desprenderse del asfalto en días muy calurosos es infundada. En ese sentido, el organismo indica que los riesgos para la salud de las personas están mayoritariamente asociados con la fabricación y aplicación de este recubrimiento.

Asimismo, la Agencia de Protección Ambiental, del vecino país del norte, indica que en general el asfalto emite mayor cantidad de vapores mientras más fresco se encuentra. Así, bajo determinadas circunstancias, contribuye a incrementar los niveles de "smog", incluso transcurrido un año de haber sido colocado.

Algunos tipos de asfalto contienen solventes que lo licúan para permitir su aplicación en frío para el recubrimiento de carreteras, por ejemplo. Debido a que se trata de químicos volátiles elaborados a partir de derivados del petróleo, pueden contribuir a reacciones químicas que producen contaminantes, por ello son pocas las áreas en las que se emplea este compuesto.

En realidad el problema que representa el recubrimiento de asfalto en las ciudades tiene que ver más con la absorción de este material que con problemas de salud para las personas que habitan en zonas urbanas.

De hecho los estudios que se han realizado en aquellos involucrados en los procesos de fabricación y colocación del asfalto, aún no son concluyentes en cuanto a la relación que existe entre dicha actividad y el desarrollo de enfermedades crónicas como bronquitis y otras degenerativas, com el cáncer. (The New York Times)