Prohibida, quemada, utilizada por jerarcas religiosos y hasta políticos, la Biblia es tal vez el libro más perseguido y conocido de la historia humana.

No fue casualidad que el alemán Johann Gutenberg lo eligiera como el primer libro para manufacturar en su novedoso artefacto, la imprenta, inventado en el siglo XV. Sin embargo, pocos se atreven a explorarlo para conocer, entre otras cosas, los más de mil 500 años de historia que contienen sus páginas.

Y, a pesar de la importancia de las "Sagradas Escrituras" para religiones del mundo cristiano y no cristiano, sólo unas cuantas ciudades tienen un museo donde se puede conocer, de una manera agnóstica, los avatares que ha sufrido a lo largo de su existencia.

Ámsterdam, Seúl, Budapest y el DF conforman la rareza.

El que existe en la capital azteca es único en toda América Latina. No es fastuoso o monumental como se podría creer. Tampoco está financiado por la jerarquía católica sino por una asociación civil integrada por cristianos y judíos que buscan reconocer la importancia histórica que tiene para la cultura occidental como fundamento de su fe.

Maná, Museo de las Sagradas Escrituras fue constituido en el año 2000 por Cristian Gómez, filósofo y teólogo, con la idea de poder estudiarla alejado del aspecto religioso que connota.

A partir del interés que de niño le despierta la lectura de los libros que conforman la biblia judía y los de la católica (73 libros inlcuido el Nuevo Testamento), y al encontrar notables diferencias entre una y otra versión, decide coleccionarlas. Cuando acumula 100 convoca a quien tenga la misma afición a formar un museo.

Treinta personas entre médicos, historiadores, contadores y museógrafos hacen eco al llamado y en cuatro años logran conformar un acervo de poco más de 600 biblias escritas en lenguas tan antiguas como el arameo y el griego, hasta versiones en mixe, zapoteco y maya.

El museo se localiza al sur del DF, en el interior de una casa de dos plantas en la colonia Portales. A la entrada un cartel invita a conocer el espacio donde además de resguardar biblias, diccionarios, parafernalia, candelabros, programas de computadora, traductores, audiocintas, videos y microfilms, se imparten seis diplomados en Ciencias Bíblicas, Filosofía y Religión, avalados por el Departamento de Educación Continua de la FES Zaragoza (UNAM), al igual que talleres de dibujo, teatro, música y ballet.

Su exposición Del papiro a la computadora: la Biblia, más de 4 mil años de historia ha itinerado en facultades de la UNAM, la UAM, Politécnico, estaciones del Metro, museos, escuelas e iglesias del DF, Tabasco, Zacatecas, Hidalgo y el estado de México.