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Elabora UNAM antídotos que neutralizan a viuda negra y coralillo

El Universal
Jueves 09 de septiembre de 2004

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El Instituto de Biotecnología, campus Morelos, en colaboración con el Instituto Bioclon, desarrolló estas sustancias como parte de la lucha contra los diferentes venenos. No causan reacciones secundarias

Cada año, alrededor de 3 mil personas son víctimas en México de la viuda negra. Sin tratamiento, el veneno de esta peligrosísima araña puede causar 3 por ciento de decesos en adultos y 15 por ciento de defunciones en niños que son mordidos por ella.

En 1996 el Instituto de Biotecnología de la UNAM firmó un convenio de colaboración con el mayor productor de antivenenos del mundo: los laboratorios mexicanos Bioclón, que produce anualmente unas 500 mil dosis.

El objetivo fue formalizar y estandarizar las diversas etapas de desarrollo de los faboterápicos (ver recuadro) y sentar las bases para producir dos nuevos antivenenos: uno contra la viuda negra, conocida también como araña capulina, y otro contra la serpiente coralillo.

En 1997 se inició la investigación para producir el antiveneno para la coralillo, y en 1999, después de las necesarias pruebas clínicas, salió al mercado el producto Coralmyn.

"Los casos de mordedura de coralillo son muy raros, tal vez una centena al año, principalmente en el medio rural", dice Alejandro Alagón Cano, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM.

Por lo que se refiere al antiveneno contra la viuda negra, las investigaciones comenzaron en 1998. El producto final, cuyo nombre comercial es Aracmyn, salió al mercado a finales del año 2000.

Los dos antídotos el Coralmyn y el Aracmyn fueron aprobados por la Secretaría de Salud.



Logro importante

"Para el desarrollo de estos antivenenos explica Alagón Cano, quien encabezó ambas investigaciones simplemente se aplicó un conocimiento del que hemos abrevado durante muchos años y se recurrió al método convencional."

En el caso del Aracmyn, primero se le "ordeñó" el veneno a varios miles de arañas. Luego se les inyectaron dosis crecientes de él a unos caballos, ya que estos animales producen anticuerpos contra diversas toxinas. A los caballos se les extrajo una muestra de sangre, de la cual fue separado el suero.

A continuación se hizo el fraccionamiento de los anticuerpos con todos los controles tanto físico-químicos como de actividad en cada una de las distintas etapas, hasta obtener un producto altamente refinado y muy efectivo: el faboterápico.

"Con todo apunta Alejandro Alagón, este desarrollo es un logro muy importante, porque antes no había un antiveneno contra la viuda negra y ahora sí. Además, es muy bueno y seguro: evita no sólo que las personas se mueran, sino también que padezcan un gran sufrimiento."



Fuertes dolores musculares

En el pasado, los médicos no sabían qué hacer contra el veneno de la viuda negra porque no contaban con un tratamiento específico.

Cuando Alfredo Chávez Haro, de la Cruz Roja de León, Guanajuato, recibía a una persona que había sido mordida por viuda negra, la encamaba, la hidrataba y le daba algún analgésico que, sabía, no funcionaba, pero sí hacía que el paciente se sintiera atendido.

Una persona a la que no se le aplica el antídoto puede padecer, por un periodo de 48 a 72 horas, fuertes dolores musculares en el vientre y los brazos que no disminuyen con ningún analgésico, ni siquiera con altas dosis de morfina.

Sudorosa, no puede conciliar el sueño y, sumida en un estado de angustia, siente que va a morir en cualquier momento, aunque el médico sabe que en la mayoría de los casos no será así.

Según Chávez Haro, en la Cruz Roja de León, Guanajuato, no es raro tener en una noche entre tres y cinco personas mordidas por viuda negra.

Hoy, cuando recibe a una víctima de esta araña, le hace un diagnóstico para ver si necesita o no el faboterápico (todo depende de la cantidad de veneno que entró en su torrente sanguíneo y de su sensibilidad a él).

"Por lo general, a los 20 minutos, la persona está como si no le hubiera pasado nada. Una hora después de haber llegado al hospital, se le da de alta", apunta el investigador de la UNAM.



Antiveneno recombinante

Para un lote de 2 mil o 3 mil dosis de Aracmyn es necesario "ordeñar" un mínimo de 5 mil arañas (casi dos por dosis).

Sin embargo, si una viuda negra no es manejada adecuadamente durante la "ordeña", puede regurgitar jugos gástricos, los cuales tienen enzimas que degradan el veneno (por ejemplo, si a éste le cae una microgota de esos jugos, queda inutilizado).

La ingeniería genética resolvió estos problemas. A diferencia de las toxinas de alacrán, que son muchas, el veneno de la viuda negra sólo tiene una que afecta a los seres humanos.

"Clonamos el gene y lo reprodujimos en bacterias que ahora producen la toxina inactiva, o toxoide. Con el toxoide inmunizamos a caballos, que generaron anticuerpos. Con esta técnica ya no necesitamos `ordeñar` arañas para producir un antiveneno", dice finalmente Alejandro Alagón. Texto Leonardo Huerta Mendoza .



NEUTRALIZADOR

El antiveneno Aracmyn neutraliza la toxina de la viuda negra, o Latrodectus mactans, y de su prima, la Latrodectus geometricus .

Zonas urbanas en México donde se registran más mordeduras de viuda negra: Tlaquepaque, Jalisco.

León, Guanajuato.



Prevención y terapia

Hay varias diferencias entre un antiveneno y una vacuna. En el primero se emplean los anticuerpos; en particular, sus fragmentos F(ab)2, producidos por otro organismo (en el caso del Aracmyn, caballos). Luego, se inyectan a la persona envenenada.

En una vacuna se emplea una toxina inactiva, o toxoide, que se le inyecta a la persona para que produzca anticuerpos propios que neutralicen el veneno.

Con el fin de producir anticuerpos de viuda negra y coralillo, los investigadores del Instituto de Biotecnología desarrollaron vacunas para los caballos.

Con un antiveneno se transfiere una inmunidad pasiva. Con una vacuna se induce una inmunidad activa, es decir, la misma persona la desarrolla.

Por último, mientras los antivenenos son terapéuticos, las vacunas son preventivas.



Proceso para obtener faboterápicos

Hacia 1894, dos investigadores franceses, el médico y bacteriólogo Albert Calmette y el bacteriólogo y veterinario Camille Guérin, le inyectaron fuertes cantidades del veneno de la víbora europea a un caballo, cuyo organismo produjo anticuerpos contra las toxinas de aquél.

A continuación le sacaron sangre al equino y separaron el suero, el cual sirvió para combatir los efectos de dicho veneno.

Fue así como se creó el método para elaborar los antivenenos.

Alejandro Alagón puntualiza: "Un suero antiveneno, entonces, es lo que podría llamarse un `jugo de caballo`. Ahora bien, éste contiene las proteínas que neutralizan las toxinas del veneno, pero también otras que pueden causar graves reacciones secundarias en las personas, como hipersensibilidad o alergia con una primera dosis y choque anafiláctico con una segunda dosis, entre otras".

Los anticuerpos producidos por caballos son parecidos a una "y", cuyos dos rasgos superiores neutralizan las toxinas del veneno, en tanto que la parte inferior está relacionada con las reacciones secundarias en algunas personas.

Mediante un método llamado digestión de anticuerpos, se separó la parte superior, a la que se le conoce como fragmentos F(ab)2, de la parte dañina. De esta manera se obtuvieron antivenenos de tercera generación, los cuales no desencadenan reacciones secundarias.

Debido a que estos nuevos antivenenos están compuestos por fragmentos F(ab)2, en 1996, durante una reunión de investigadores y médicos en Acapulco, Alagón propuso que recibieran el nombre de "faboterápicos" para distinguirlos de los primeros.

Esta denominación ya fue aceptada por la Farmacopea Mexicana.



Víctimas en EU

En Estados Unidos también hay víctimas de la viuda negra, sobre todo en Arizona. Por eso, desde hace tres años se tramita la autorización de la Food and Drug Administration (FDA) para vender en ese país el Aracmyn, que ya tiene el registro Investigational New Drug (IND). Las pruebas clínicas se desarrollan en Tucson y Colorado.

"Se espera que el Aracmyn sea aprobado en Estados Unidos en 2007. En cuanto al Antivipmyn, un antiveneno para la mordedura de víboras, perfeccionado igualmente con la colaboración del Instituto de Biotecnología de la UNAM, ya tiene un registro IND", informa Alejandro Alagón.

En su momento, uno de los dos se convertirá en el primer medicamento 100 por ciento mexicano que es aprobado por la FDA.



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