El linaje tras la máscara maya
PALENQUE, Chis. Se miran a los ojos por primera vez, luego de siglos de oscuridad. Detrás de los cristales que los protegen, los 10 rostros mayas condensan historias de linaje y poder. De Calakmul o Palenque, de Dzibanché u Oxkintok. Todos de verde jade, todos pertenecientes a la casta privilegiada de los ajawo`ob, o gobernantes. Los rostros son el centro de atracción de la exposición Rostros mayas, linaje y poder , inaugurada el pasado miércoles en el museo de sitio de la zona arqueológica de Palenque, en el marco de la V Mesa Redonda de Palenque, "El territorio maya", que se lleva a cabo en esta localidad chiapaneca del 2 al 5 de junio. La muestra reúne por primera vez 10 de las 18 máscaras de jade mayas que pertenecen a colecciones mexicanas. No son las únicas, hay dos más en restauración, pero también se ignora cuántas se encuentran desperdigadas por el mundo. "Es difícil estimar el número de piezas que pudieran no estar en el país asegura el doctor Guillermo Bernal, investigador de la zona arqueológica. Existe un problema de extracción de piezas, y además no se exhiben libremente en el extranjero. Si llegan a mostrarse no hay certeza de que sean de México o Guatemala, Belice u Honduras." Si bien la mayoría de las máscaras son de jadeíta, proveniente del valle del río Motagua, en Guatemala, existen algunas incursiones de materiales como la malaquita, provenientes de Guerrero. Una máscara mortuoria en forma de cabeza de águila, de Oxkintok, está integrada por conchas marinas, que abundan en el mar de Cortés. Las máscaras se colocaban en la tumba de los gobernantes. Son concebidas como representaciones fieles de los difuntos en plenitud de su vida y permitían equipararlos al dios del maíz. Entre los personajes a los que pertenecieron las piezas se encuentra K`inich Janab Pakal, que gobernó Palenque entre el 615 y el 683 d.C., así como la Reina Roja, cuya tumba fue localizada en 1994. No todas las piezas estuvieron sobre el rostro del gobernante fallecido. Hay algunas que adornaban cetros, y también hay aquellas que eran el centro de un cinturón del que colgaban tres pendientes. La exposición ya fue montada en Puebla y seguirá su ruta por varias ciudades mayas antes de llegar al DF. La acompañan alrededor de 50 piezas que ofrecen un panorama de la estructura política maya.





