El arte: fuga ante la esquizofrenia
Alrededor de 250 obras, entre pintura, escultura y arte-objeto, realizadas por personas que padecen diversos tipos de trastorno mental, en su mayoría esquizofrenia, conforman la exposición Sensibilidad sin límites, que se exhibe en la Casa Novohispana y el claustro del Patio de los Naranjos del Museo del Carmen (Av. Revolución 4, San Ángel), hasta el 2 de mayo. Sensibilidad sin límites intenta de esta manera lograr una mayor sensibilidad por parte del público asistente respecto de las personas que sufren a diario estos desórdenes siquiátricos (esquizofrenia, trastorno bipolar o el sicoafectivo, y depresión) a través de la creación estética, reflejo de su dolor íntimo. Horacio Reza, siquiatra adscrito al Hospital Fray Bernardino de Sahagún, comentó que esta muestra es resultado del Quinto Concurso Nacional de Pintura y Escultura Risperdal, proyecto en nivel nacional que tiene por objetivo brindar a personas que sufren estas enfermedades un foro donde expresen sus fobias y miedos como medio terapéutico, además de reconocer su capacidad creativa y darla a conocer a la sociedad; "se trata de un acercamiento a la percepción delirante de estos pacientes mediante las artes plásticas". A partir de las expresiones que en esta ocasión alberga el recinto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), "los médicos también logramos comprender mejor el mundo tan complejo en el que vive el paciente afectado por estos males, por lo que desde 1998 se realiza cada año el certamen en diversos recintos. "Si bien no se puede generalizar, la manifestación plástica favorece que los pacientes transmitan su sicopotalogía a través de los cuadros u otros medios, cualquier creación artística es catártica. Ejemplo de ello es el arteterapia con la que se acerca al enfermo, a la contemplación del cine y la danza, entre otras, para reducir sus niveles de inquietud". El deterioro de la función mental en estos enfermos, explicó el investigador, alcanza un grado tal que interfiere en su capacidad para afrontar algunas de las demandas ordinarias de la vida o mantener un adecuado contacto con la realidad. "El sicótico no vive en este mundo, ya que existe una negación de la realidad de forma inconsciente. En la actividad cognitiva del esquizofrénico hay incoherencias, desconexiones y existe una gran repercusión en el lenguaje, pues su raciocinio no es sistemático, se dan fallas en la abstracción", según el especialista. (Redacción)





