Reúne artista huichol memoria y voz de antepasados en su arte
El arte es como la respiración, incluso es la respiración misma. Es el viento y es el agua. Es la memoria y la voz de los que un día enseñaron a trazar el camino. José Benítez lo concibe de esa forma. El artesano de 65 años, ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Tradiciones Populares, conserva en sus palabras la memoria de su papá, también la de los viejos que le enseñaron que el mundo se originó en el ojo de Dios, con una mujer anciana que representa la flor, mientras que el hombre es una flecha. Uno de los más notables artistas huicholes, el marakame (sacerdote chamán) José Benítez hace cuadros y murales de estambre y chaquira, una de las tradiciones de su etnia. Al mismo tiempo, cada una de sus obras hace eco de un pensamiento que no deslinda el arte, la religión, el origen, la naturaleza, sino que como si se tratara de una trenza los reúne y lleva por el mismo cauce. Cuando Benítez quiere explicarse ofrece un testimonio que combina el pasado místico y el respeto: "El arte, o sea la cultura y las tradiciones, no vienen de uno, vienen de la herencia de un padre, de mamá, de la abuelita, de los consejos de los ancianos. Uno toma en cuenta los consejos, si los olvida se va por otro camino. El camino de cultura y tradiciones hay que seguirlo. El papá le dice a uno: `No olvide la cultura y tradiciones, todo eso le va a servir el día de mañana o de pasado`. Me siento orgulloso, me siento un pintor, por qué, porque los consejos son de mis padres". El Premio Nacional de Ciencias y Artes se suma a otros reconocimientos recibidos por el creador huichol, nacido en Jalisco, en 1938, como el Águila de la Plata y el de un concurso convocado por el gobierno de Jalisco. "He presentado mis obras en el país y en el mundo. Al recibir el Premio Nacional me siento muy orgulloso por mi pueblo, por mis padres, por mis hermanos. Soy nacido en Santa Gertrudis, municipio de Mezquitic, Jalisco, migrado a Nayarit. Allá radico, mis papás ya se acabaron, allá me dejaron, pero nunca olvido mi pueblo". Caminante silencioso, Yucauye Cuacam es el nombre que Benítez recibió de los dioses y de sus abuelos. Hace 38 años que hace su arte huichol, con el cual se ha presentado en galerías y museos regionales de 14 países. Una de sus obras más importantes es La semilla del mundo , un mural de 20 metros considerado el más grande de este estilo y que se expone en la estación Juárez del Tren Ligero de Guadalajara. Esta obra, que le valió el Águila de Plata, representa el origen de los tres mundos. Fue difundida en un libro de 55 páginas, editado por Conaculta, la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas y la Dirección de Culturas Populares de la Secretaría de Cultura de Jalisco. Sobre La semilla del mundo el propio Benítez cuenta: "Lo hice como un rescate del pensamiento, que es la semilla del mundo, el cuerpo del mundo. Venimos de una semilla, de un creador, de una madre que fundó el mundo. Fundó todo para nuestro cuerpo: tierra, viento, oxígeno, alma, agua, sangre y espíritu para pensar y respirar. De la cintura para abajo es el inicio del mundo; de la cintura al cuello es el segundo mundo que es donde vivimos hoy y guardamos los alimentos, y del cuello para arriba es el tercer mundo, que es el pensamiento, la vista, la respiración". ¿Quién le enseñó a hacer la artesanía? La artesanía es la respiración de mi papá, fue él quien me enseñó. Labraba una madera con su propia mano, con su machetito y lo llevaba a un lugar sagrado. Me dibujaba a mí y a mi hermana, para que no nos enfermáramos, para cumplir como papá y salvarnos como hijos. En los lugares sagrados existe esa madera. La idea que salió en nuestra mente es una rama nada más de lo que es el arte, el arte es el cuerpo del mundo, nuestro lugar sagrado, nuestro México. Son herencias de nuestra comunidad, donde hay consejos de ancianos, que cuando se reúnen nos dicen hay que cuidar la comunidad, el lugar sagrado, cumplir con nuestro compromiso. Nosotros estamos apegados a nuestra comunidad". Benítez ha servido a su comunidad como pintor, gobernador tradicional, secretario y miembro del consejo de ancianos o kawitero; es también presidente de patrimonio cultural. Los cuadros que realiza están hechos sobre una base de madera, con cera de Campeche y estambre. "Con la respiración de un pintor se ve como se crearon las ofrendas, las jícaras, las flechas, el venado, el agua, el águila, la tierra. En ella vivimos, en ella nace el agua que es el verbo que nos mantiene. Fue en el ojo de Dios donde nació la mujer anciana, la que fundó el mundo. Así nació la semilla, esa mujer nació en el primer mundo, nosotros nacimos en el segundo. Ella puso una flor en el estómago y ahí nacimos nosotros; por eso la mujer es una flor y el hombre es una flecha".





