El director escénico Hugo Fragoso ilustra la cultura popular del México porfirista y recrea aquella época en la que el teatro de revista y la carpa marcaron el desarrollo cultural del país.

"En tiempos de don Porfirio" de Ortega, Benítez y Prida espectáculo cómico musical que se escenifica en el Teatro Coyoacán, los sábados y domingos de marzo, a las 13:30 horas (Héroes del 47 número 122, Churubusco, Coyoacán), se presentó por primera vez en 1938 como una muestra del teatro de revista musical.

La pieza ejemplifica la amalgama que se dio entre la música y el teatro "que tanto auge dio a la cultura mexicana, reflejado en el cine y en la radio", anotó Fragoso.

La obra pretende revivir y transmitir la nostalgia de la época porfirista de finales del siglo XIX y lograr despertar el deseo de volver a vivir el "México que ya se ha ido, pero que de alguna forma todavía está presente", refirió.

La idea es rescatar con este texto parte de la "cultura teatral musical de México".

El teatro nacional ha vivido muchos procesos y el de revista o comedia musical mexicana ha sido clave y "lo seguirá siendo como lo fue el muralismo a la pintura", advirtió.

"Debemos continuar con el gran teatro nacional, el arte y la cultura que nos enorgullece y que sin ella no tendría ningún significado nuestra existencia ya que identidad es existencia y cultura es identidad."

Intervienen en el montaje bailarines, músicos y los actores Marta Forjas, David Terrazas y Eduardo Ontiveros.

Recuento

De acuerdo con la investigación emprendida por Fragoso para esta propuesta escénica, "desde finales del siglo XIX nació y se desarrolló la tradición de la carpa o el género chico y la revista , cuyo origen es resultado de varios géneros y tendencias culturales provenientes de Europa y de la conjunción de varias disciplinas artísticas como la danza, la música, el teatro, los títeres y la literatura, logrando gran aceptación por parte del público".

La "revista" y la "carpa" fueron, en su manera más estricta, espectáculos que contaban con números de cantantes solistas o tríos acompañados por conjuntos musicales y orquestas de planta, continuando las rutinas con bailables y alternando con sketches cómicos en los que se tendía a satirizar las últimas noticias o acontecimientos del año y parodiar personajes de corte popular y cercanos a la gente, haciendo lucir las virtudes de los cómicos, que por lo general significaban la principal fuente de atracción a estos sketches y obras de teatro escritos sobre la marcha o producto de la improvisación.

El arte de la "revista" y de la "carpa", sostiene Fragoso, "se ha seguido practicando en diferentes espacios y ámbitos".

Se han registrado cambios en sus formas, desde cuestiones estructurales hasta estéticas, en virtud de que ya no se realizan en aquellos espacios de antaño y en cambio se presentan en teatros, en espacios al aire libre, en la calle, en la televisión, el cine, el circo, el centro nocturno y la radio. Sin embargo, "al alejarse del contacto directo-físico con el pueblo perdió tal vez lo más importante, su capacidad aglutinadora de cultura popular mexicana que ningún otro medio ha sustituido".

Fragoso pugnó por "rescatar y tratar de actualizar sin menoscabar su estilo, la tradición de la revista musical y la carpa como medio expresivo del pueblo mexicano".