Todos tenemos un Novecento dentro: enfrentar la dualidad de seguir en el barco para vivir en el ensueño, o bajarse para enfrentar la realidad.

Una reflexión que surge en el actor Eduardo España al producir y actuar el montaje de este éxito reciente de la literatura: Novecento , de Alessandro Baricco, y que se estrena este fin de semana en el Centro Cultural Helénico.

España lleva 11 años en la escena mexicana. No obstante su participación en obras clásicas como El Mercader de Venecia , de William Shakespeare, hoy se ha convertido en un personaje popular por su participación en el programa televisivo "Otro rollo".

Quien lo ha puesto en los cuernos de la luna ha sido su personaje de "Margara Francisca", uno de los habitantes de "El Gran Carnal" que fue una parodia del reality show Big Brother .

Como una forma de curarse en salud ante la parafernalia de la televisión y demostrar su calidad histriónica más allá de los trabajos alimenticios, España se impuso el reto de actuar una obra con distintos matices dramáticos. Es un espectáculo unipersonal donde él solo encarnará un sinfín de personajes.

"Cuando tienes una formación actoral seria puedes hacer de todo. No me da miedo que me encasillen en personajes cómicos, el humor se me da. Tengo cola que me pisen en calidad actoral."

Por esa fama que le brinda la televisión es que el actor está consciente de que la obra es un gran riesgo: puede fracasar porque lo ubican como cómico. Pero confía en que será atractiva por la obra de que se trata.

Novecento cuenta la historia de un niño abandonado en un barco de migrantes europeos y que se convierte en el más brillante pianista de la tierra, aún cuando él nunca la ha pisado.

Todas las aventuras y desventuras que vive son una metáfora de la vida, señala España, pues aborda los miedos del ser humano a enfrentar la vida.

Esto lo hace un tema mundial vigente continúa, "pues estamos descubriendo la necesidad de tomar decisiones para seguir en este barco o lo abandonamos".

Novecento es como aquel niño que no quiere crecer para no enfrentarse a las circunstancias sociales, hecho que movió el corazón del actor.

Y es que desde los inicios de su carrera buscaba un texto que resonara en su corazón. Hasta que un día, mientras recorría una librería, se encontró con el texto de Baricco, con el cual se identificó por dejarle un mensaje personal: "Defender con dignidad una postura en la vida".