Los cuentos de Arthur Miller
Para Arthur Miller, el dramaturgo estadounidense que figura entre los principales autores teatrales del siglo XX, escribir relatos cortos es más placentero, sobre todo si se relaciona este término con algo que uno lleva a cabo ante todo por el puro placer de hacerlo. Nueve ejemplos de este placer experimentado por el neoyorquino de 87 años, fueron compilados por Tusquets Editores en el libro Ya no te necesito , una publicación hasta ahora inédita en España, y que ya comienza a circular en las principales librerías de México. En el prólogo del libro Miller admite que se trata de relatos que escribió por placer, sin que esto quiera decir que no lo hace así con sus textos dramáticos, pero sí enfatiza que en el relato breve el escritor no tiene que decir más de lo que sabe en aras de la forma. "Hay en el relato un tono de voz que, en medio de la presuntuosa grandilocuencia de nuestros días, aún invita a quien lo desee a decir o soltar su verdad de una sentada." El Premio Príncipe de Asturias 2002 explica que cuando uno se sienta a escribir un cuento utiliza otro tipo de máscara, y que aunque paradójico, éste cae, por así decirlo, en un pozo de silencio una vez publicado, mientras que una obra teatral siempre va acompañada de toda clase de ruidos humanos. "Es en el cuento donde experimento cierta relación con el lector, con los desconocidos. Escribir teatro conlleva algo de agresividad; si existe una forma literaria amigable y familiar, es la del relato. Creo conocer mejor a Chéjov por sus cuentos que por sus obras teatrales, y a Shakespeare por sus sonetos, que, por lo menos de una manera análoga, por sus relatos." Miller, quien estuvo casado con la actriz Marilyn Monroe, obtuvo los premios Pulitzer de Teatro y del Círculo de Críticos de Teatro de Nueva York por su obra Muerte de un viajante (1949), que a menudo se cita entre las mejores obras del teatro contemporáneo. En sus textos se ha interesado especialmente por la responsabilidad del individuo hacia los demás y el conocimiento de uno mismo y la realización personal. Su obra tiene su origen en la conciencia social del autor y su compasión hacia los que son vulnerables, dejándose arrastrar hacia el mal camino por los falsos valores que impone la sociedad. Con esta serie de halagos al relato, el autor comenta que no pretende denigrar el drama o el teatro, sino tan sólo señalar algunas diferencias. "Ninguna forma literaria puede hacerlo todo bien. Estos relatos no son más que aquello que he visto, a otra distancia." EL UNIVERSAL ofrece a sus lectores un adelanto de este libro con la publicación de un extracto del cuento La búsqueda de un futuro , escrito en 1966.