Cholos de la ciudad al estilo de EU
?Watcha , ése, primero mi raza ?dice Sick, cholo de coraza, desde la azotea de un cantón?; o sea que todo viene del este de Los Ángeles, como reacción y resistencia." Es delgado, pero lleva un pantalón talla 36, una casaca y unos tenis Nike Cortés. La cinta no va tirada, señal de que no ha matado. En la cabeza lleva un paliacate azul, en memoria de los campesinos sureños, y encima una gorra con su apodo bordado. Si trae gafas oscuras es grifa segura. No faltan el rosario, los conejos o agujetas gruesas en los tenis, y los tres botones superiores abrochados que significan la vida loca, o sea: mi barrio, mi vida y mi sangre, símbolo que se repite en los tres puntos tatuados en las muñecas de ambas manos. Los cholos en la ciudad de México retoman el discurso de los paisanos inmigrantes que trabajan en Estados Unidos. Si bien los antecedentes se remontan a los años previos a la Segunda Guerra Mundial con el advenimiento de los pachucos, retoma fuerza en los 70 con el movimiento chicano. Los cholos han trasladado Los Ángeles a Tenochtitlán. Su territorio es la calle; su ideología: el nacionalismo. Su división social: las clicas o gangas (pandillas), que unidas forman una familia. Ser cholo es comulgar con la resistencia, ser solidario a distancia. Eso le causa a Sick problemas con su mamá, quien no deja de criticar su vestimenta. En la escuela hay quien le tiene miedo, quizá por eso prefiere charlar junto a los tinacos y los lavaderos, desde el centro de su solitaria torreta panóptica. Son guadalupanos, aunque también le rezan a San Judas Tadeo o a la Santísima Muerte los que estuvieron en cana (la cárcel). Pero la jefa es la jefa y siempre va tatuada en la espalda o en el vientre, sosteniendo entre sus manos un rosario. "Tatuaje es un sufrimiento, una pena", dice antes de pasar a explicar la simbología de un dibujo: las flores son los vatos que te has quebrado, lo mismo que las lágrimas cayendo del ojo derecho; si caen del izquierdo es que te violaron en cana. ?Los dados o el cubilete, así como los naipes, significan la suerte: en la calle puedes perder la vida o seguir con tu vela prendida. En el pecho puedes tatuarte la frase: ?Perdóname madre mía?, y en la espalda ?Por mi vida loca?, todo en góticas.? Un payaso triste y uno feliz ( smile now, cry later) significan el cambio de suerte. El reloj marca una hora triste, la bola ocho significa mi barrio. El 187 es el código de la policía estadounidense para muerte, por eso va tachado. También puedes tatuarte el nombre de tu hayna (novia), si estás enamorado pones una luna atravesada por una nube, aunque si te dejó es común poner un grillete en forma de corazón con la cadena rota. Para reivindicar lo mexicano están los nopales, las pirámides, Quetzalcóatl o el Popocatépetl. Los dibujos pueden ir en un mural o aerografeados en la ranfla (carro), que deben tener bombas en la suspensión, peluchito en el tablero, y el motor cromado. Debe ser modelo antiguo y con un buen sonido para oír al Cypress Hill o a Pshcho Realm. El bautizo son 13 segundos de madriza, de ahí que una condición para ser cholo sea no abrirse. "Por mi madre vivo, por mi barrio muero ?dice antes de despedirse?. Ponte trucha."





