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La censura en el cine nacional, más presente que nunca

Alejandro Olmos Cruz| El Universal
Jueves 30 de diciembre de 1999
La censura en el cine nacional, ms presente que nunca

. (Foto: CORTESÍA DE IMCINE )


Casi a punto de concluir el siglo, la polémica de mayor impacto, que unió las voces de los creadores de los diversos ámbitos, derivó de la intempestiva cancelación de exhibición de la película mexicana "La ley de Herodes" . Por lo que implicó, por lo que representa, volvemos hoy al tema, con un recuento de los hechos Alejandro Olmos Cruz "La Ley de Herodes", la primera película en la historia del cine mexicano que critica de manera abierta y directa a dos de los principales partidos del país (PRI y PAN), y cuya exhibición causó conflicto con el Instituto Mexicano de Cine (Imcine) por sus posibles repercusiones en los comicios del 2000, reabrió el viejo debate sobre la censura en el cine.

Coproducida por el Imcine, "La Ley de Herodes" que narra la historia de un presidente municipal del PRI de una población ficticia llamada San Pedro de los Saguaros, que es también el autor de tropelías en serie y actos de corrupción sin castigo, fue objeto de la censura a la que siguió el debate.

Y aunque la actual Ley de Cinematografía aprobada en diciembre de 1998 -a la que le falta la reglamentación respectiva muestra una apertura en comparación con la de 1949 (que incluso autorizaba de manera abierta cortes a las películas), diversos sectores del medio cinematográfico consideran que la "censura está más presente que nunca".

Guadalupe Ferrer, ex directora de Cinematografía de RTC, de 1991 a 1996, refiere que hablar de censura no es privativo del gobierno sino de otras instancias que también ejercen esa función, como las empresas distribuidoras, los exhibidores, las organizaciones sociales y los propios creadores.

"El mercado es el gran censor porque selecciona, decide lo que se debe exhibir y la duración de ésta misma. La censura no tiene siempre un fin político".

A partir de que la Ley promulgada en diciembre de 1992 derivó en que la Secretaría de Gobernación no fuera ya la única instancia gubernamental reguladora del cine, debido a que la Cineteca Nacional pasó a formar parte de la Secretaría de Educación Pública, en Gobernación se mantuvo una tarea que al decir de cineastas se puede interpretar como de censura: la clasificación de cintas.

La clasificación se lleva a cabo en el área de Supervisión de la Dirección de Cinematografía de Radio Televisión y Cinematografía (RTC), que depende de Gobernación.

Una fuente que pidió el anonimato y que trabajó clasificando películas y que se niega a ser considerada como supervisora en RTC de 1989 a 1999, confía en que a pesar de que en este departamento supuestamente recae la responsabilidad de autorizar una cinta, lo cierto es que cuando el caso lo amerita esto lo "deciden las más altas autoridades".

Y mientras el director de la película Luis Estrada estudia diversas propuestas que ha recibido de empresas distribuidoras para exhibir en los próximos días la cinta, luego de haber llegado a un acuerdo con Imcine para quedarse con los derechos de la película, surge la pregunta: ¿cómo se realiza la censura en el cine?



Métodos ?sofisticados?

El crítico de cine Tomás Pérez Turrent señala que al igual que ha ocurrido en la historia del cine mexicano, la censura existe, aunque ahora es más sutil porque intervienen otros actores en el proceso como los propios distribuidores y exhibidores, que a veces, en sintonía con el gobierno se ponen de acuerdo para marginar una cinta.

En la historia de la censura cinematográfica existen casos como los de las cintas "La Sombra del Caudillo" de Julio Bracho, de la que siempre se dijo que el ejército la había vetado; o de "La Rosa Blanca" de Roberto Gavaldón, o "Canoa" de Felipe Cazals que narra las atrocidades de feligreses azuzados por un cura intolerante contra un grupo de estudiantes, y "Rojo Amanecer", a propósito del movimiento estudiantil de 1968, de "abierta censura gubernamental", en comparación con la actual que es más "sofisticada".

Pérez Turrent recuerda que en el guión de "Canoa", la productora en ese entonces, Conacine, solicitó censurar un diálogo que decía el actor Ernesto Gómez Cruz en donde se mencionaba directamente al PRI.

Es por ello que en diversas películas que sobre todo se filmaron en la década de los setenta, en el sexenio de Luis Echeverría, las referencias al poder y al sistema político, se hacían de manera "metafórica".

La Ley vigente en ese entonces promulgada en diciembre de 1949 y reformada en 1952 así lo justificaba. El artículo 2o, fracción IX, señalaba que la Secretaría de Gobernación concederá la autorización de una película, siempre que "el espíritu y contenido de las películas en figuras y en palabras" no infringieran el artículo 6o, y demás disposiciones constitucionales.

Aunque en la Ley aprobada en 1998 y publicada en el Diario Oficial el 5 de enero de 1999, esta referencia se suprime y en el artículo 21 establece que "la exhibición pública de una película y su comercialización no deberá ser objeto de mutilación, censura o cortes por parte del distribuidor o exhibidor".



Iglesia y Ejército, temas tabú

Ex directora de Cinematografía de RTC, Guadalupe Ferrer advierte que desde la ley promulgada en diciembre de 1992, la censura como tal desapareció. Lo único que se estableció fue una supervisión a fin de notificar a la población la clasificación y el contenido de una cinta.

"La restricción que hay es para las películas pornográficas, siempre y cuando exista presencia de menores, o se evidencie la zoofilia, o algunas otras perversiones como el sadomasoquismo".

Admite que existen diversos mecanismos para "restringir" una película y enumera: una exhibición deliberadamente mal hecha programarla en una mala temporada, pésimas salas, nulo esfuerzo de publicidad; anunciar que el boletaje está agotado, o que se dejen de apoyar guiones, a pesar de que haya buenas historias de por medio.

Y agrega: otra forma de poner limitaciones a una película es no enviándola a los festivales nacionales e internacionales, con lo que se le resta la posibilidad de poder ser vista por compradores extranjeros, esto sin que necesariamente haya un trasfondo político.

Reconoce que durante su gestión la única cinta que fue directamente prohibida fue "Mcbean" de Chuck Norris, que narraba una historia situada en Colombia, en donde los ciudadanos solicitaban a "gritos" la intervención de los Marines norteamericanos, y el pueblo festejaba con algarabía que así se hiciera. Era muy agraviante para los colombianos.

Y como la ley de 1992 advertía que el Estado no podía conceder el permiso para la exhibición de una película si ésta ofendía a una "nación hermana", entonces se aplicó el ordenamiento. Aunque meses después de su salida, la distribuidora obtuvo la autorización respectiva.

En relación con las cintas "La última Tentación de Jesucristo" de Martin Scorssese y de "Yo te saludo María", de Jean Luc Godard, aclara que no hubo ningún distribuidor que la quisiera exhibir, sobre todo para evitar un conflicto con asociaciones religiosas que definían a estas películas como contrarias a la fe católica.

Para el crítico de cine Tomás Pérez Turrent, este fue el mejor ejemplo de cómo el Estado puede ejercer una censura velada a través de los distribuidores, quienes decidieron no comprar los derechos de ambas cintas, por "presiones" del gobierno salinista.

Por el contrario, dice Ferrer, en diversas ocasiones recibí cartas de parte de asociaciones religiosas y de padres de familia para no permitir que una película se difundiera como fue el caso de "En la cama con Madonna", porque ofendía los principios cristianos y las buenas costumbres. Pero esa película se terminó por exhibir.



Supervisión desde RTC

Autoridades de Imcine que solicitaron el anonimato y que además pidieron no abordar el caso de "La Ley de Herodes" porque a su juicio se trata de un "expediente cerrado", refieren que el único órgano de supervisión de parte del gobierno se localiza en la Dirección de Cinematografía de RTC.

Esta Dirección sólo se encarga de autorizar y clasificar las cintas desde aquellas aptas para todo el público hasta las que sólo pueden ser vistas por adultos, y que son puestas a consideración por parte de las empresas distribuidoras.

En la Dirección de Cinematografía hay un grupo de 10 a 15 supervisores que organizados en tres grupos de trabajo se encargan de revisar hasta seis películas al día, antes incluso en varios turnos. Entre el grupo de supervisores llegó a participar gente como Rafael Aviña, crítico de cine y Daniel González Dueñas, ahora programador de la Cineteca, entre otros.

Los supervisores revisan la cinta con base en diversos elementos jurídicos y fílmicos. Hacen una descripción de la cinta, y después elaboran un breve resumen y una argumentación muy sustentada acerca de por qué debe tener una determinada clasificación.

Desde su experiencia como clasificador de películas una fuente que pidió el anonimato señala que antes la censura existía de manera muy pragmática, al realizar cortes a las películas en escenas en donde aparecieran la figura presidencial, los símbolos patrios u religiosos y el ejército.

Otra manera de ejercer la censura era a través de los guiones que hasta antes de la Ley de 1992 eran autorizados por la Secretaría de Gobernación.

Aclara que hoy en día los supervisores se encargan de dar el visto bueno para una película, pero "no son la única ni la última voz". En ocasiones éstos pueden autorizar la exhibición de una cinta pero instancias superiores pueden decidir lo contrario.

Reconoce que dentro de los órganos de gobierno hay muchas cosas que éste no puede controlar, porque hay un "caos" en las instancias burocráticas con respecto a la producción, distribución y promoción de una película. En relación con el cine mexicano no sólo hay un problema de censura sino una "pésima política" que se practica desde el régimen. Aventura su hipótesis en relación a lo ocurrido con "La Ley de Herodes": el problema tuvo que ver más con una problemática interna de "disputa" dentro del poder del Estado, en donde el titular del CNCA por lo visto no se puso de acuerdo con el director de la Cineteca ni con el de Imcine.



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